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ROJO SOBRE GRIS

No hay Paz sin Justicia

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura3 min
Opinión26-02-2006

Negociación, en mi nombre no. Bajo ese lema, miles de españoles nos manifestamos el sábado. A pesar de la lluvia. A pesar del frío. El mensaje me parece claro, transparente, no deja lugar a las dudas: no a la negociación con los asesinos, no al pago de precios políticos, no a que la violencia sirva como moneda de cambio. En el Gobierno y el PSOE hay unos que no lo entienden, otros que hacen caso omiso, y todos que pretenden hacernos creer que paz y justicia no deben ir de la mano. Pues señores: sin Justicia no es posible la Paz. Pepe Blanco es uno de los que no entiende. Se queja. Pepe Blanco se queja en esta ocasión de que nos manifestemos “no contra el terrorismo sino contra el Gobierno”. Pues señor Blanco: una vez más está usted equivocado. El pueblo español podrá manifestarse contra el Gobierno siempre que le parezca oportuno, pues para eso existe el derecho al pataleo. En segundo lugar, el rechazo al terrorismo sólo hay unos pocos que no lo tienen claro: los que están dispuestos a seguir haciéndoles concesiones a los asesinos. Entre ellos, el Gobierno. Y tercero: cuando un Gobierno trata a su pueblo con la ambigüedad, hipocresía y falsedad con que lo hace el indigno Ejecutivo español, no queda más remedio que protestar. Este Gobierno habla mucho de paz y democracia, de libertad, de unidad. Han sobeteado y saboteado tanto estos valores que la boca solo se les llena de la porquería en que las han convertido. Zapatero es de los que hacen caso omiso al clamor del pueblo; es de los que ignoran las reivindicaciones de la sociedad, de los que se ríen de su pueblo, de los que duermen tranquilos pase lo que pase siempre que no pase por su casa, conducta, por otro lado, muy propia de dictadores. Zapatero dice comprender a las víctimas pero les ha quitado las subvenciones para destinarlas a que el mundo gay lubrique bien. Alardea de ser el pacificador de España y se queda en paz cuando se destituye a uno de los grandes combatientes de la lucha contra el terrorismo, el fiscal Fugairiño. Dice conocer el “brillante futuro de España” pero se le pasa por alto que en un futuro mucho más cercano unos cuantos terroristas saldrán de la cárcel sin cumplir sus penas. Se atreve a pedir el apoyo de los españoles a “este país” y es incapaz de pronunciar la palabra España sin que se le tuerza el rictus y la saliva le sepa a bilis. Si tanto le gusta jugar al señor presidente, le diría que jugara a la comba, que jugara a la peonza, al monopoli, al mus, al póquer, a las máquinas tragaperras, al ping-pong, a los bolos, a los dardos o a las muñecas si prefiere. Pero por favor: que deje de jugar con España, que deje de jugar con los españoles, que deje de jugar a ser el libertador, el pacificador, el demócrata o el gran español porque este presidente no cree en España, ni en la democracia, ni en la paz, ni en la libertad, ni en los españoles. Rojo sobre gris a los que están dispuestos a volver a la calle, si hace falta, para decirle a este Gobierno que no, que en mi nombre, no, que sin Justicia no es posible la Paz.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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