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SIN ESPINAS

Principios y fines

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión19-02-2006

Un catedrático de historia del derecho citaba el otro día que "el fin de los principios es el principio del fin". Esto me recuerda otra frase de nuestro presidente mucho más barroca, si cabe, acerca de su política nacional respecto de ETA. Decía Zapatero: "estamos ante el inicio del principio del fin del terrorismo". Aparte de redundante y mal construida, ciertamente la realidad impone que esto no podrá ser así. Sólo por sentido común, la actitud del asesino armado con su pistola no permite más que una solución para acabar con su amenaza: reducirlo y encarcelarlo; y por desgracia cuando se trata de una banda respaldada por toda una masa abertzale y un gobierno nacionalista claudicante, complaciente y a veces hasta cómplice, la tarea se torna de todo menos breve. O sea, que lo de que estamos ante el principio del fin de terrorismo, nada. Más bien estamos ante el fin de los principios; y si no lo remediamos entre todos, de lo que realmente andaremos cerca es de las consecuencias que esto trae. Porque como el sentido común y la ley natural nos dice, sin principios, sin pilares el edificio se desmorona. Ese sentido común del que carecen muchos políticos, porque la mirada interesada y ambiciosa se lo atrofia, nos dice que uno no puede ponerse a negociar o a dialogar para solucionar una controversia cuando el interlocutor blande su pistola y de vez en cuando lanza un disparo para demostrar que está cargada. Este es exactamente el juego que se traen el Gobierno de España y la banda terrorista con sus promesas de paz y esperanza, con sus informaciones secretas, con sus bombas y comunicados. Empezaba mi artículo de la semana pasada aseverando que no hay paz sin justicia; y no puede haber negociación o diálogo, ni siquiera intención de ello si no se tiene claro que para hablar es necesaria la igualdad de condiciones entre los dos participantes. Si en la misma conversación tú ya haces esa concesión tan injusta ¿qué puedes esperar del resultado del acuerdo? Cuando tú le regalas esa licencia a tu oponente ¿en qué lugar dejas a quien ha sido víctima de ese verdugo que todavía empuña su arma para hablar de "diálogo y negociación para solucionar el conflicto"? Cuando uno tiene claros los principios fundamentales, no le hace falta manejar informaciones especiales para darse cuenta de que navega en el error más profundo. Porque de lo contrario, para dar la supuesta sorpresa que traiga lo que él considera "paz" tendrá que subvertir esos principios. Y el fruto de todo ello será una paz injusta, que es lo mismo que decir que no conseguirá ninguna paz.

Fotografía de Javier de la Rosa