Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

JUSTICIA

Sentencias ejemplares para conductas impropias

Por Lucía E. GonzálezTiempo de lectura2 min
Sociedad15-02-2006

La Fiscalía de Menores de Sevilla ha condenado a diez jóvenes, acusados de vejar a una menor discapacitada, a realizar entre 60 y 100 horas de trabajos sociales en un centro para personas con síndrome de Down. Del mismo modo, días antes, otra jueza andaluza condenaba a un joven de Huelva a arbitrar un partido de fútbol. Hace tres años había agredido a un colegiado.

Diez estudiantes, de entre 15 y 16 años, han sido condenados por la Audiencia de Sevilla a trabajos sociales en un centro para discapacitados, tras haber difundido en Internet una grabación de teléfono móvil en la que los menores sevillanos insultaban y vejaban a una compañera con síndrome de Down. Los jóvenes, que realizaron preguntas obscenas y escabrosas, así como le obligaron a repetir a la menor discapacitada comentarios de índole sexual entre las risas de los presentes, fueron descubiertos por la madre de uno de los menores, que obligó a confesar a su hijo lo sucedido, tras descubrir el video que los compañeros habían divulgado a través del servicio interactivo Messenger. Por su parte, la directora del Instituto de Enseñanza Secundaria Martínez Montañés, centro donde cursaban sus estudios la víctima y sus agresores, ponía el caso en conocimiento de la policía, ante el estupor y la denuncia que la madre de uno de los menores presentaba ante el centro docente. Entonces, el Juzgado número 1 de Sevilla, imputaba a los jóvenes, que confesaban sentirse arrepentidos, un delito de trato degradante y vejatorio, y les condenaba a trabajar en un centro dedicado a personas discapacitadas que la propia Junta de Andalucía eligiría. Los dos autores de la grabación deberán realizar 100 horas de trabajos sociales, mientras que los otros ocho imputados deberán realizar 60. Asimismo, y como sentencia ejemplar a otra conducta impropia entre jóvenes, se ha conocido otra condena similar. Una jueza andaluza condenaba a Mohammed Atyayou, un joven de 18 años vecino de Huelva, a arbitrar un partido de fútbol tras agredir a un colegiado hacía tres años. Así pues, el joven, nacido en Tetuán (Marruecos) y vecino de la capital onubense desde 2000, tuvo que enfrentarse al arbitraje de un partido entre dos equipos del municipio de Lepe para ponerse en la piel de quien un día fue su víctima.

Fotografía de Lucía E. González