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EL REDCUADRO

Quiero ser danés

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión29-01-2006

Tiene que ser maravilloso vivir en un sitio que no sea una nación de naciones, sino una nación en condiciones. Donde cada mañana no te pegues un susto de muerte con la chorrada insensata y malvada que se le haya ocurrido al que iba a acabar con la ETA y de momento está acabando con España. Tiene que ser maravilloso vivir, por ejemplo, en Dinamarca, donde no hay ningún Carod, ni Otegui, ni Chaves con camisa negra. ¿Han visto a Chaves con la camisa negra en el comité de su partido? Chaves vio que los que iban de camisa negra, uniforme totalitario-musoliniano de ERC, sacaban la tajada y se quedaban con el manso de los presupuestos, y le dijo a su señora esposa: -Antoñita, échame en la maleta una camisa negra, que tengo comité federal y verás tú si me pagan la deuda histórica o no me la pagan cuando me presente disfrazado de Carod... Púsose Chaves la camisa negra. No sirvió de nada. Pues Antoñita, cosas de mujeres, se confundió de camisa negra. Y en lugar de echarle en la maleta la de Carod, le puso la de los palmeros de Peret, el de la rumba catalana. Hay diferentes camisas negras catalanas. No es lo mismo la de Carod que la de los palmeros de Peret. La de Chaves es de éstas: de tocar las palmas a todo lo que se mueva, a ZP, al Estatuto Catalán, hasta al descenso de Andalucía a la segunda división autonómica. Es lo que hace el Sindicato de los Calladitos. Los que decían, gallitos, que España no hay más que una, y que es la única nación, ya los ven: de Belinda. Bono, Ibarra, Chaves, los novelistas Leguina y Escuredo, todos callados. La pela es la pela y con los cargos de comer no se juega. Y si maravilloso tiene que ser vivir en una nación donde el gobierno no tenga de socios a los que quieren acabar con ella, nada te digo si no sienten vergüenza alguna en mostrar al mundo su forma de Estado: la Monarquía. Dinamarca ha vivido el mismo gozoso trance histórico que España, pero de qué modo tan distinto. En Dinamarca ha nacido el sucesor del heredero, el primogénito del Príncipe Federico y de su esposa, Mary. Al cambio, como nuestra Infanta Doña Leonor. Pero cuando nació Christian, que tal es el nombre del heredero danés, no lo presentaron a la Prensa de modo cutre en el aparcamiento de la clínica, en plan vámonos que nos vamos, como le hicieron a la pobre Infantita que será un día Reina. Dejad los salones del Palacio Real para mejor ocasión, hijos míos, que la presentación de una Infanta de España en el aparcamiento de una clínica es mucho más «democrática». En Dinamarca, obviamente, no hicieron una segunda presentación de Christian en vaqueros y en una residencia playera modelo Viajes Halcón. Allí, como son tan raros, usan los salones de los palacios de la Corte. Y visten a los niños con gusto y mimo, de lo que son, de príncipes, y no con estos pantaloncitos vaqueros como de ayuda humanitaria, sobre los que me queda una duda: ¿eran de las rebajas de Carrefour o de las oportunidades de Alcampo? Y al final, pero no lo último, el bautizo. En Copenhague celebraron el bautizo de Christian en la capilla del Castillo de Christianborg, con órgano y coral, ceremonial, pompa y circunstancia, como se merece un futuro heredero, y asistieron todas las Casas Reales europeas. Aquí, ya ven, en el Madrid de la capilla de Palacio, de Los Jerónimos, de La Almudena, la futura Reina de España fue bautizada en el vestíbulo de un chalé buenecito de la carretera del Pardo, vulgo Palacio de la Zarzuela. Nada de altar ni de capilla: pila de Santo Domingo pelada y mondada, casi palangana de Pilatos. Y nada de presencia de otras casas reales. Que se note poquito que somos una Monarquía y que formamos parte de la Unión Europea. Porque, si no, los tíos de la camisa negra que van a acabar con todo esto se pueden cabrear antes de tiempo. ¿Dónde hay que echar los papeles para ser danés?

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor