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SIN CONCESIONES

Arrodillado ante ETA

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión11-01-2006

Fuera las caretas y los disimulos. Por fin ha quedado clara la actitud de Zapatero ante ETA. Su apoyo a la celebración del congreso de Batasuna ha desvelado por completo la estrategia del Gobierno para acabar con el terrorismo: ceder a sus demandas. No le importa saltarse las leyes o ridiculizar por el camino a las víctimas. Con tal de conseguir que los asesinos anuncien una tregua, parece dispuesto a regalarles la autodeterminación del País Vasco. Si Zapatero admite por las presiones políticas de Esquerra Republicana que Cataluña es una nación, qué no aceptará cuando tenga que sentarse a negociar con quienes dialogan a través de las bombas y las pistolas. Hay que carecer de valores, principios, orgullo, humanidad, sensatez e inteligencia para ceder de semejante manera ante una banda de criminales. Cuando el Gobierno consintió que el Partido Comunista de las Tierras Vascas concurriese a las elecciones autonómicas de 2005, cometió un error incalculable. No obstante, supo disimular. Ahora, no hay errores involuntarios. Zapatero ha puesto por encima de la Ley de Partidos el derecho constitucional a reunirse de cada individuo. La demagogia del presidente es tan evidente que cualquiera desenmascara tal falacia. Mis alumnos de primer curso de Periodismo no saben nada de Derecho, pero tienen más sentido común que Zapatero. Saben que los derechos individuales que reconoce la Constitución de 1978 son suspendidos a una persona u organización cuando ésta vulnera la ley. Justo lo que le ocurrió a Batasuna. La Justicia le negó cualquier derecho a presentarse a las elecciones o celebrar actos públicos al quedar demostrada su pertenencia a ETA. Luego Arnaldo Otegi y Joseba Permach tienen derecho a juntarse para tomar unos chatos. Pero jamás podrán reunirse en nombre de Batasuna y menos todavía con la intención de reelegir a la mesa nacional de este partido político ilegalizado. Sabemos que el Gobierno está dialogando hace meses con ETA. Zapatero quiere conseguir un alto el fuego de los terroristas que le garantice la reelección presidencial en 2008. Por eso permitió que el Partido Comunista de las Tierras Vascas obtuviera nueve escaños en el Parlamento de Vitoria con el respaldo de Otegi, por eso hace más de un año que no convoca al Partido Popular a una reunión del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, por eso desprestigia a las víctimas y les niega subvenciones, por eso apoya la reforma del Estatuto de Gernika, y por eso ampara la celebración de un congreso de Batasuna. Zapatero se ha quitado de una vez por todas la careta. Está muy bien que quiera acabar con ETA pero sigue el camino equivocado. En lugar de encarcelar a los terroristas y acallar sus altavoces, se arrodilla ante ellos. Aunque ahora consiga silenciar las pistolas, algún día le pasarán factura.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito