SIN ESPINAS
Modelos verdaderos
Por Javier de la Rosa
1 min
Opinión01-01-2006
Se gana la vida partiéndose el espinazo mientras limpia en las casas de los privilegiados españoles. Es ucraniana, tiene 38 años y es madre de una niña de 12 años y un niño de 16. Lleva 5 años en España, y por fin este verano después de conseguir los papeles, pudo retornar a su país para ver a su familia. Cuando regresó, su marido estaba enfermo y su hija pequeña apenas la reconocía. Me vio triste y se acerco a mí a contarme esto. Estas navidades también las ha pasado sin su familia. Dice que al principio lloraba mucho, pero cuando me explicaba su historia sonreía: ”La alegría que tengo es porque vivo para mis hijos, y eso me permite seguir adelante. La vida hay que vivirla como viene”. Todos mis problemas son pocos y muy pequeños al oír estas palabras, pero lo primero que me vino a la cabeza es que el mundo está lleno de santos como está mujer. De estos héroes anónimos para los hombres cuya vida es un verdadero tesoro. Algo tan admirable como alejado de las teorías filosóficas y políticas que pretenden arreglar el mundo. Algo con tanto valor que supera el umbral de percepción de este ser humano fascinado por el boato, el oropel y las modas epidérmicas. El ejemplo de esta mujer sólo me invita a ser humilde y a rendirme ante la hermosura y el valor de su vida. Una verdadera vida lograda. Apreciar como ella afronta las circunstancias de su vida, me abre los ojos; me hace mirar mi realidad y mi Navidad familiar con otra perspectiva. Espero que no se me olvide pronto y me ayude a observar lo extraordinario que ofrecen estos verdaderos modelos de existencia. Sé que si los busco los encontraré aunque no lea sus hazañas en las primeras planas de los periódicos.
