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SER UNIVERSITARIO

El mejor regalo en 2006

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión01-01-2006

Termina un año y, como siempre, familiares, amigos, conocidos, desconocidos, medios de comunicación y figurantes de moda desean paz, alegría, deseos cumplidos, etc. para el año que arranca. El remate llega cuando una triunfito dijo: “Yo siempre digo en estas fechas que se cumplan los sueños de todos y que haya salud”. Cuando una adolescente tardía -y famosa prematura- revela públicamente su acumulada sabiduría y resulta que coincide con las recetas de casi todos... conviene ponerse a pensar. Huele a tópico del que debe prevenirse el auténtico universitario. Vamos a ver, suponiendo que, cual adivinos de naipe o burbuja de cristal, podamos esperar algo de un año, ¿qué valioso podría ofrecernos el 2006? La paz del mundo suena tan utópico que resulta hipócrita. Pedir salud está bien, pero resulta insuficiente: ¿salud para qué? Esperar que se cumplan los sueños del otro es tan tierno como ambiguo, inconsciente e, incluso, peligroso: ¡cuántas veces deseamos, precisamente, lo que menos nos conviene! ¿Pedir diversión? Sin duda, de eso habrá momentos... pero supongo que todos aspiramos a algo más que año divertido. ¿Felicidad? Eso son palabras mayores, pero, pedirla así, con fecha y todo, invita a pensar que la felicidad es una suerte de destino inexorable que llega o se va caprichosamente, sin que uno tenga que ver con ella. ¿Que se materialicen todos tus proyectos? Pues qué aburrimiento si cumplo ya todas mis metas en este año. Además, esto nos aleja de nuevo de la felicidad y de otros valores mayores, que no necesariamente van acompañados del éxito material. Quizá porque me muevo entre jóvenes con ganas de cambiar las cosas; y entre personas que se preguntan qué espera el mundo de ellas, me sale, en este 2006, desear otra cosa. Desearlo para mí, pero también para todas las personas de buena voluntad, abiertas al mundo que las rodea. Para todos los que buscamos nuestra misión, quehacer, proyecto vital; para todos los que buscamos dar sentido a lo que hacemos, deseo que el 2006 nos muestre el camino, nos enseñe -un poco más que el 2005-, quiénes somos y quiénes estamos llamados a ser. Nos enseñe, sobre todo, a amar esas preguntas; pues la vida, y los años, poco a poco, nos enseñan a entrar en la respuesta.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach