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ANÁLISIS DE DEPORTES

Rarezas, las justas

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura1 min
Deportes25-12-2005

Los cambios sociales llevan a aprovechar la Navidad para hacer actividades cuando menos estrafalarias. Algunas, cierto es, persiguen causas benéficas con un sano sentido de la desvergüenza, pero otras son tan sólo ideas sin pies ni cabeza. Bucear en lodo, tirarse por una ladera para perseguir un queso que cae rodando… con la única intención de que algunos individuos saquen a relucir esas cualidades extravagantes que se dominan cuando hay demasiado tiempo que perder. Aprovechar la ocasión de reunirse con la familia nunca debe ser tiempo perdido. Esos momentos furtivos para reír, contar disimuladamente alguna confidencia, compartir la ilusión por hacer que cada detalle sea especial son los que sirven para renovar el ánimo y acercarse al espíritu navideño, ése que nos anima a sacar lo mejor de cada uno. Aun cuando para muchos, el uso y abuso de las convenciones sociales, la obligación de estar feliz, también supongan un motivo de reflexión crítica y de desánimo. Por eso es una lástima que Alfredo di Stéfano se pase las navidades en el hospital. El argentino es una de esas figuras míticas del fútbol, por encima del club que le hizo grande, el Real Madrid, hace ya más de cuatro décadas. Aunque inevitable por la edad –80 años pesan a cualquiera–, para muchos su nombre nunca dejará de estar asociado a la Saeta rubia que revolucionó la historia. Lo mejor es que él mismo haya sido capaz de bromear sobre su estado de salud, por muy grave que sea un infarto, y que se haya encontrado con el cariño y el apoyo de la gente del fútbol y de su familia. Feliz Navidad para todos.

Fotografía de Roberto J. Madrigal