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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

El Niño que nace

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad25-12-2005

Un sobresalto les llegó de noche, mientras los pastores descansaban de una larga jornada de trabajo. Escucharon una extraña voz entre las nubes que les anunciaba la noticia de la Historia: Dios se había hecho hombre. Estaba en un establo, envuelto en pañales, encarnado en la debilidad de un niño que había venido al mundo para morir en una cruz. Dicho así, quizás el concepto bucólico de la Navidad se disuelve de un plumazo. Pero no. El Niño que ha nacido muere cuando le cantamos con las nanas de las prisas, cuando le arropamos con la manta del egoísmo y cuando le amamantamos con la mala leche de la soberbia. El Niño que ha nacido sabe que entre las sábanas de seda el hombre siembra constantemente espinas y que los cristales rotos de las ventanas dejan pasar el frío de los corazones de la pereza. Pero es Navidad y un Niño llora por el mundo, llora de amor por ese hombre en el que ha querido encarnarse. Al Niño que nace cada Nochebuena le puede el amor por estos seres débiles y desorientados. Y en su empeño por sufrir como y por el hombre, continúa esforzándose para que nos entre en nuestra terca cabeza su sincero mensaje: aunque duele, el amor salva. Y aquí estamos todos para vivirlo, para contarlo, para sufrirlo, pero también para celebrarlo, para cantar villancicos, para brindar, para ilusionarnos, para difundir la noticia, para llorar de alegría, para reír de dicha. A lo mejor no nos hemos dado cuenta, pero seguro que una noche de estas se ha podido escuchar una voz entre las nubes que glorifica al Dios enamorado del hombre y a los hombres de Dios.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo