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RELACIONES EXTERIORES

Tú a China y yo a la Casa Blanca

Por Antonio Pérez VicenteTiempo de lectura2 min
España20-07-2005

“China es una gran potencia en crecimiento, y en un orden internacional en el que ha de imperar la cooperación, la colaboración y el diálogo en todos los ámbitos”.

Así se expresó el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su viaje oficial durante tres días a China para potenciar las relaciones entre ambos países. Zapatero apoyó en su vista el fin del embargo de armas a China al considerar que resulta “anacrónico”. Esta postura –a pesar de no estar respaldada por Estados Unidos- coincide con la de la UE, que examina la posibilidad de reemplazar la sanción por un código de conducta. El presidente del Ejecutivo español aprovechó la visita para mejorar las relaciones económicas con China, que exporta a España siete veces más de o que importa. Entre gestos de acercamiento y buena voluntad, Zapatero aseguró que China “está tocando a la puerta del liderazgo mundial” y apoyó también que se reconozca al país como una economía de mercado para ingresar en la Organización Mundial del Comercio. Del mismo modo, el líder español mostró su confianza en la apertura política que el gobierno chino dice querer comenzar, a pesar de las duras acusaciones que el país recibe por parte de asociaciones en defensa de los Derechos Humanos y las libertades. En ese sentido, Zapatero defendió que el Estado de Derecho es “la mejor forma que ha inventado el ser humano para organizarse”. Tanto él como el primer ministro chino, Wen Jiabao, abogaron por el papel de la ONU como vía para solucionar conflictos internacionales. En el viaje se firmaron, además, doce acuerdos en el que se incluyen la venta de veinte aviones Airbús A-330. Antes del viaje a China, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, también hizo alarde de su agenda internacional visitando al presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. El presidente del PP, que acudió en calidad de vicepresidente de la Unión Demócrata Internacional, afirmó que intercambió “uas breves palabras muy correctas y muy animosas” con el líder norteamericano, a la vez que aseguró que no conversaron sobre asuntos bilaterales: “Esa no es mi función. Las relaciones entre países las llevan, como es natural, los respectivos gobiernos”, sentenció. No obstante, Rajoy aprovechó para criticar la política internacional española. A pesar de mostrar su disposición y tender la mano a Zapatero “para ayudar a que mejore la política exterior” con Estados Unidos, criticó que España no tuviera “unos aliados normales, los que le corresponden como democracia occiental que cree en unos determinados principios y una serie de valores”.

Fotografía de Antonio Pérez Vicente