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SIN CONCESIONES

Jugar con tres barajas

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión26-06-2005

Zapatero ha emprendido una empresa tan arriesgada como complicada. Quiere acabar con ETA pero, para agilizar los plazos de la vía policial, está dispuesto a sentarse a negociar con los terroristas. Sus emisarios ya lo han hecho: han compartido mesa y conversación con dirigentes del entramado etarra. Zapatero ha iniciado así una partida de cartas reservada para jugadores experimentados, inteligentes e incluso afortunados. El presidente del Gobierno posee, sin duda, estas dos últimas cualidades. Sin embargo, la falta de veteranía y la ambición por pasar a la Historia pueden empujarle a cometer gravísimos errores. Si termina con ETA antes de 2008, conseguirá mayoría absoluta. En cambio, un atentado durante la campaña electoral generaría para el Gobierno las mismas consecuencias que tuvo el 11-M para Aznar. Zapatero juega esta partida de mus de manera temeraria. Ofrece diálogo a ETA en un signo de tanta inocencia como exceso de buena intención. No se da cuenta de que los terroristas no sólo juegan con una pistola encima de la mesa sino que, además, emplean tres barajas distintas de cartas. ETA hace trampas. A la vez que dialoga con el Gobierno, pone coches bomba en Madrid y vota a Juan José Ibarretxe como lehendakari. Tiene tres estrategias a elegir según le convenga en cada momento. Lo peor de todo es que el propio Zapatero ha permitido que la banda armada comience la partida con esas tres barajas. Fue él quien permitió que el Partido Comunista de las Tierras Vascas concurriese a las elecciones autonómicas del 17 de abril, obtuviera nueve escaños en el Parlamento de Vitoria y adquiriese un papel decisivo en cualquier votación. Nada de esto habría pasado si el Gobierno abandonase la ambigüedad calculada propia del nacionalismo y hubiera promovido la ilegalización del PCTV. Su similitud, identidad y vinculación a Batasuna resulta más que evidente. Resulta extraño que, aún así, Zapatero esté dispuesto a negociar con ETA. Es probable que el presidente del Gobierno también guarde algún naipe en la manga. De otro modo no se explica que ofrezca diálogo a los terroristas mientras ponen bombas. Más preocupante todavía es que Zapatero no quiera desvelar su estrategia a los ciudadanos. "Es mejor que tengan conciencia de que les estamos engañando, a que la tengan de lo que verdaderamente estamos haciendo". Esta frase de un político norteamericano refleja a la perfección el motivo que lleva al Gobierno a negar cualquier contacto con ETA pese a que ya se han producido varios desde que Zapatero ganó las elecciones generales el 14-M. Si los terroristas juegan esta partida de cartas con tres barajas, Zapatero pretende ganar con una carambola a tres bandas. En lugar de optar por el camino recto aunque laborioso de la lucha policial y judicial, prefiere probar atajos y experimentos nada fiables y repletos de riesgos. Busca el más difícil todavía. Sin embargo, Zapatero no se da cuenta de que, tras las cartas con las que disputa la partida, está en juego la vida de millones de españoles.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito