ANÁLISIS DE LA SEMANA
Lo que dicen los curas
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad30-01-2005
Va a misa. Lo que dicen los curas muchas veces es una verdad más grande que la cifra de muertos que ha dejado el terremoto en Asia. Van 280.000, pero ya no importa lo que pasó hace un mes, aunque los curas sigan pidiendo limosnas en el cepillo de cada domingo. Demasiadas cosas dejan de importar cuando no son noticia. Otras, sin embargo, llaman la atención de la opinión pública por cómo nos la cuentan. Y cómo nos las creemos. Como si fuese palabra de Dios y sólo ha sido palabra del político de turno, del periodista del momento o del sujeto más raro y cutre que corone la telebasura. Dicen que la ignorancia es muy atrevida... Los curas siguen pidiendo ayuda para los millones de supervivientes que han resultado afectados por el maremoto. Pero no sólo la piden. También la dan y se remangan. Y también regalan sus manos a otros millones de personas que necesitan un apoyo a lo largo y ancho del mundo. Y lo hacen sin pedir nada a cambio. Del Papa para abajo, muchoss religiosos católicos resultan incómodos. Quizás porque dicen lo que la sociedad no quiere oir, critican lo que todo el mundo aplaude porque no conoce la verdadera versión de las cosas, trabajan de sol a sol y se entregan hasta morir. A veces la verdad no es de la mayoría, ni del poderoso, ni de quien alza más su voz. Pero, ¿cuántos se quedan junto a las personas a las que han decidido ayudar aunque estalle una guerra?, ¿aunque las autoridades recomienden evacuar ante una catástrofe mayor?, ¿en contra de la lógica?, ¿a favor del amor a los demás? A veces, lo que dicen los curas enciende el corazón hasta derretir el hielo que le impide latir. A veces, lo que dicen los curas es una verdad como una catedral, como que la vida es inmensa como la razón que la explica aunque, a veces, afrontarla, sea de locos o de valientes. Y de estos hay muchos entre los curas, aunque nos escueza reconocerlo.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo