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EL REDCUADRO

Un ejemplar de jesuita

Fotografía
Por Antonio BurgosTiempo de lectura2 min
Opinión01-07-2002

Como antiguo alumno de la Compañía, he conocido a muchos jesuitas ejemplares. Por ejemplo, un compañero de curso que fue uno de los muchos que se fueron al albertiano Noviciado del Puerto. Se llamaba Luis García Rodríguez de Quesada. Luis se hizo jesuita, profesó los cuatro votos, y en vez de irse a enseñar Literatura a unos niños riquitos en El Palo, se metió a cura obrero y se fue con otros cuantos jesuitas más a vivir a La Chanca de Almería, a pie de obra del Tercer Mundo andaluz. Con él creo que iba otro compañero de aquel curso, Ildefonso Camacho Laraña, que podía haber sido catedrático de Universidad, pero que prefirió enseñar, con los hechos, teología de la liberación y que ahora, en la estricta obediencia ignaciana, es provincial de la Bética. A aquella leva de curas obreros de los jesuitas pertenecía también el Padre Briales, un santo, a quien le levantaron el falso testimonio del asesinato de un niño en la barriada marginal donde trabajaba y tuvo que pasar el calvario de una pasión civil a la que sólo le faltó un evangelista que la narrara. Que estos y tantos otros jesuitas ejemplares estén en esos sitios de la pobreza quizá no tenga el menor mérito. Vieron el ejemplo de aquellos viejos jesuitas que también conocí, cuyo mérito generacional nadie ha reconocido. Los jesuitas de quienes dice otro antiguo alumno, Rafael Montesinos, que pasaron del arrope al Arrupe, del mundo almibarado del Padre Coloma a meterse en el fango de la realidad que les ordenó el Papa tras el Concilio. Aquellos viejos jesuitas formados para hacerles ganar el cielo a los ricos en cómodos plazos mensuales de piedad pasaron a hacerle ganar la tierra a los desheredados. Si la Iglesia se \"aggiornó\", como se decía entonces, la Compañía se metió en los tuétanos de la realidad más adversa del mundo. Lástima que el obispo Sánchez no haya conocido a ninguno de estos curas de la Compañía y haya salido diciendo que Arzallus es un \"jesuita ejemplar\". ¿Ejemplar de qué? Bueno, sí, ejemplar: ¡vaya ejemplar de jesuita que está hecho el cura arrepentido que colgó la sotana y poco a poco se está quitando la careta, digo, la capucha de liberado de sus compañeros de manifestación contra la Ley de Partidos! Aunque no me tomo demasiado en serio lo de ese tal Sánchez. Sánchez quizá no existe. Probablemente es una ficción póstuma de Cela. Eso de que el obispo de Sigüenza salga diciendo que un réprobo es un jesuita ejemplar parece un pasaje póstumo del "Viaje a la Alcarria".