COPA ASOBAL

El Barça repite victoria contra el Portland

Por Andreu Romero1 min

Deportes30-12-2001

Se hablaba de las ansias de revancha culé al verse de nuevo las caras con su verdugo la temporada pasada. Sin embargo, no es menos cierto que en esta competición los azulgranas eran los verdugos de los navarros y lo volvieron a demostrar gracias al excelente trabajo defensivo, su buen hacer y el acierto rematador de Alberto Entrerríos y Laszlo Nagy.

La igualdad entre ambos conjuntos se reflejó en el marcador, siempre igualado, pero el buen inicio del Barcelona obligó a los hombre de Zupo Equisoaín a ir siempre a remolque. El excelente marcaje al francés Richardson, la estrella de los navarros, dificultó sobremanera a tarea ofensiva del Portland. El Barcelona hizo oro de su experiencia, de ahí que arriesgara con una defensa al borde de la legalidad que les dejó más de una vez en inferioridad. No era el día del San Antonio. David Barrufet se encargó de pararlo todo, pese a que Alberto Urdiales, con cinco goles de penalti en los últimos minutos, se empeñase de mantener la emoción en el marcador. Pero los laterales Lazlo Nagy y Alberto Entrerríos, efectivos en los disparos lejanos - 15 goles marcaron- se valieron para destrozar la desesperada defensa al hombre de los navarros, que llegaron muy cansados a los últimos minutos. Para llegar a la final, el Barcelona tuvo que derrotar al Ciudad Real en un partido de infarto, que finalizó 36-35. Los manchegos desaprovecharon una ventaja de hasta ocho goles en la segunda mitad. El resultado parecía dejar resuelta la eliminatoria, pero los hombres de Valero Rivera jugaron un espectacular final de partido para remontar y poder optar a renovar el título. Difícil lo tuvo también el Portland San Antonio: los navarros jugaban contra el Ademar de León, anfitrión del torneo, y también tuvo que sudar la gota gorda. Tuvo que esperar a marcar de penalti, cuando sólo faltaban 16 segundos para el final, el tanto que le dio la victoria por 26-27. El actual líder de la Liga Asobal se fió al yugoslavo Nedeljko Jovanovic, poderosísimo para contrarrestar el empuje de la afición leonesa.