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CATALUÑA

Convergéncia y Unió ‘convergen’ en una federación

Por La SemanaTiempo de lectura2 min
España29-11-2001

Convergencia y Unió es ya casi una federación. Sólo falta de que se formalice esta decisión el próximo 2 de diciembre. Tanto Convergència como Unió han dado su visto bueno a que se abandone la fórmula de coalición. El objetivo final, aunque no satisface a todos, es que CiU sea una fuerza política única.

El Congreso extraordinario de Convergència aprobó el pasado domingo, casi por unanimidad, que CiU se convierta en una federación. Históricamente, Convergència y Unió han querido mantener cada una su identidad propia y sólo el talante cívico y unos mecanismos de toma de decisiones muy sofisticados han permitido que ambas formaciones hayan caminado a la par. Ha habido y seguirá habiendo conflictos internos, generalmente ocasionados por el mayor peso que Convergencia tenía en la coalición y por la oposición de Unió a esta preponderancia. Derivadas de este problema, las tensiones se reprodujeron en el proceso de sucesión de Jordi Pujol como cabeza de candidatura electoral, un asunto que se resolvió en el nombre de Artur Mas. Supuso la frustración inicial de las aspiraciones de Duran Lleida, que, no obstante, será el vicepresidente de la próxima federación CiU. Todas las crisis en la coalición se han minimizado gracias a la cultura de búsqueda de consenso que caracteriza a CiU, y que Jordi Pujol ha dirigido y rentabilizado con maestría histórica: CiU ha gobernado Cataluña desde 1980. Los representantes de Convergència aprobaron, como ya lo hizo Unió el pasado mes de marzo, la federación de ambas formaciones políticas con un 99,77 por ciento de los votos –878 votos a favor y sólo dos abstenciones-. Tanto CDC como UDC mantendrán su soberanía en la nueva federación, una fórmula que, para Jordi Pujol, es el paso previo a la conversión futura en una única fuerza política. “Es una decisión problemática que puede generar una reacción nostálgica. Pero para seguir adelante, hoy Cataluña requiere esto. Más allá de cualquier matiz, tenemos que lanzarnos, con confianza y magnanimidad”, advertía Pujol. El presidente de CDC pidió a las bases de su partido y a los compromisarios presentes en el Congreso el apoyo y la confianza en el nuevo futuro candidato a la Generalitat: Artur Mas: “Hasta hoy he hablado yo; a partir de ahora, le toca hablar a Mas. (...) Estamos todavía muy lejos de nuestro sueño para Cataluña, pero ahora quien deberá conseguirlo es él”. Al actual secretario general de CDC le concedió el privilegio del protagonismo. No se permitió la entrada de periodistas sino a su discurso. En su alocución, Mas pidió confianza en el nuevo proyecto “porque solo así se pueden ganar las elecciones”, y fueron evidentes los guiños a los sectores soberanistas de Convergencia: la “soberanía compartida” para Cataluña –es decir, manteniendo la relación con el Estado y la colaboración con el Gobierno- será uno de sus objetivos electorales.