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OTRO PARA EL MEJOR

Cinco meses de diálogo

Por Roberto González GarcíaTiempo de lectura2 min
Cultura09-05-2004

En la ceremonia no se interpretó himno nacional alguno, y en la que sólo ondearon cuatro banderas en lugar de seis como en un principio estaba previsto. Se trata de un encuentro donde cuentan las personas, no su procedencia. El mayor diálogo intercultural abre sus puertas en Barcelona con casi un millón de entradas vendidas. Se puede hablar de un encuentro de la globalización, pero siempre desde el respeto y la curiosidad por lo diferente, no en favor de la supremacía económica, como parece que se ha articulado la globalización hasta ahora.

Ciento cuarenta y un días. Se dice pronto, pero los esfuerzos han sido máximos. En la ceremonia de inauguración, el Rey pronunció unas palabras, en las que el diálogo y la lucha contra el terrorismo fueron sus máximos exponentes: “Aspiramos a un mundo más justo, más próspero y solidario, en el que domine la paz y el respeto a los derechos humanos, y en el que se destierre para siempre la barbarie terrorista". Tras él, una breve actuación musical de la cantante Luisa Passa, que acompañada al piano por Chano Domínguez y Lluís Vidal. Después, la ceremonia continuó en el puerto deportivo, donde se celebró la segunda parte con el espectáculo Mover el Mundo, que, centrado en una gran estructura metálica que representa el globo terráqueo, pretende transmitir la necesidad del diálogo para hallar caminos que lleven a la paz. También se plantea como una metáfora de los valores que preconiza el Fórum: la diversidad cultural, el desarrollo sostenible y las condiciones para la paz. El Fórum es un invento del Ayuntamiento de Barcelona para reeditar la positiva experiencia de los Juegos Olímpicos y al que se sumaron, hace ya siete años, la Generalidad de Cataluña y el Gobierno Central. El copatrocinio de la UNESCO aseguró la dimensión internacional de un ente que, nacido de la indefinición, se ha ido construyendo casi sobre la marcha, pero cuyo resultado promete ser esperanzador. El programa quiere ser una síntesis entre Davos y Porto Alegre, para construir una nueva globalización en la que lo que cuente sean las culturas y las diferentes formas de ver el mundo. Por eso no es un encuentro entre Estados, como una Exposición Universal, sino que es algo diferente. No obstante no todos los balances son positivos. La organización ha reconocido la existencia de algunas deficiencias en el recinto del Fórum, como la escasez de lugares para sentarse y de zonas de sombra; por ello, ha anunciado que la se emprenderán las obras precisas. Lo que sí es especialmente positivo es que parece ser que estos cinco meses de Barcelona no se quedarán ahí, sino que ha nacido un nuevo tipo de encuentro con voluntad de continuidad. Y ya han surgido varios candidatos. Monterrey, en México, parece ser, de momento, el que tiene más posibilidades de organizar un segundo Fórum de las Culturas.