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Sobre la Constitución y la España del 78

Por Raúl Romero MartínTiempo de lectura3 min
España06-12-2003

Dos días después de la muerte del general Franco, Juan Carlos I es proclamado Rey de España. Comienza la transición hacía un régimen político democrático. La legalización de todos los partidos políticos en 1977, incluidos los comunistas, hizo posible un proceso en que "la reforma se impuso a la ruptura, permitiendo el nacimiento de una Constitución" que celebra su veinticinco cumpleaños.

La muerte en Madrid del General Franco el 20 de noviembre del 75 y la posterior proclamación de Juan Carlos I como Rey de España, cerraban las puertas a cuarenta años de dictadura e inauguraban el camino hacia la democracia. Tras las elecciones generales de junio del 77 Adolfo Suárez, como presidente del Gobierno, capitaneó la transición hasta su dimisión en 1981. Las Cortes ( Congreso y Senado) elegidas el 15 de junio del 77 no son formalmente constituyentes pero pronto surgió la necesidad de un texto constitucional. Corría el año 1978, España tenía veinticinco años menos; el 78 es el año de la primera fecundación in vitro, del estallido del anticonceptivo y del "destape". En el cine triunfan los musicales: "Fiebre del sábado noche" y "Grease", Berlanga estrena su "Escopeta nacional" y un jovencísimo J.Luis Garci recoge el éxito de su opera prima "Asignatura pendiente". En la televisión continúa el "Un, dos, tres.." de manos de Kiko Ledgar y de Ruperta, D.Cicuta y el cuerpo de azafatas donde se encontraba Victoria Abril. Para el deporte el año 78 fue el de la muerte de D. Santiago Bernabeú y del "gol fantasma" en el empate a cero España-Brasil en el mundial de Argentina. España calienta motores y prepara la revolución de los ochenta, la llegada de la "movida". En esa España de 1978 se aprueba por consenso la Constitución. La proclamación de los derechos fundamentales y las libertades públicas, la división de poderes y la soberanía popular son su núcleo esencial. Pero antes de dar a conocer el texto entre agosto y diciembre de 1977 se elabora un anteproyecto en cuya ponencia trabajan siete hombres, dos progresistas y cinco conservadores, uno de ellos nacionalista: Miguel Herrero de Miñón (UCD), José Pérez-Llorca (UCD), Gabriel Cisneros (UCD), Jordi Solé Tura (PCE), Gregorio Peces Barba (PSOE), Miquel Roca (catalanista) y Manuel Fraga (AP). El empeño del PSOE por dejar fuera de la ponencia a Tierno Galván lleva por una serie de razones técnicas a dejar fuera también a los nacionalistas vascos: el PNV no votará la Constitución, a este hecho se añade la dificultad de que UCD no sea un partido sino una coalición electoral y que sus tres representantes discrepen en algunas cuestiones. Peces Barba y Fraga, por otro lado, son extremadamente exigentes, los mediadores son los otros dos padres de la Constitución, Miquel Roca y Jordi Solé Tura. En este sentido es curioso pensar que son los socialistas los únicos que votan en contra de la Monarquía parlamentaria como forma de Estado. Sobre los numerosos debates a propósito del texto definitivo abundan las reuniones secretas hasta altas horas de la madrugada de Fernando Abril Martorell de UCD y Alfonso Guerra del PSOE. Pero el texto será aprobado el 31 de agosto de 1978 en el Congreso por 325 votos a favor y 6 en contra, en el Senado por 226 votos a favor, 5 en contra y 8 abstenciones. El 6 de diciembre de 1978 se presenta el texto a los ciudadanos que son convocados a un referéndum, un 33% se abstiene, el 58% vota a favor y el 8% en contra. La Constitución es sancionada por el Rey en el Congreso de le los Diputados. La gran novedad de la Constitución del 78 es el reconocimiento pleno de las Comunidades Autónomas, el Estado de las Autonomías supera la división de las dos Españas tras la Guerra Civil e incluye las fuertes reivindicaciones nacionalistas vasca, catalana y gallega. La situación vasca es complicada ya que en 1977 los nacionalistas exigen la restitución de los fueros precedentes a 1839. La solución que da a todo esto la Constitución es: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas». Hoy, veinticinco años después la historia se repite, los personajes son los mismos; el Rey pronuncia su discurso a favor de la unidad de España y los nacionalistas vascos, capitaneados por Ibarretxe, traman un plan secesionista que quiebra la unidad de España, entonces surge el debate sobre la reforma de la Constitución; nuestra democracia es joven va camino de la madurez, es momento de interrogantes y dilucidar sobre algunas cuestiones. Apasionante aniversario de nuestra Carta Magna.