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COMERCIO

Bush mueve ficha en el tablero electoral retirando los aranceles al acero

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía07-12-2003

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha evitado el jaque mate y ha dado la vuelta a la partida. Dentro de pocos días, la UE pensaba darle el golpe de gracia con la imposición de nuevas sanciones comerciales avaladas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Pero Bush ha arreglado el desaguisado justo a tiempo.

La Administración estadounidense estableció en marzo del 2002 unos aranceles que gravaban la importación de acero que llegaban, en algunos casos, hasta el 30 por ciento. Con esta medida, Bush pretendía insuflar aire a la industria acerera de Pennsylvania, West Virginia y Ohio. EE.UU. pensaba continuar aplicando estos impuestos hasta el 2005, pero Bush ha considerado que “ha llegado el momento de levantarlos porque ya han logrado su propósito”. Casualmente, la OMC había sancionado esta política hace un mes, y había dado permiso a la UE para que desatara la guerra comercial contra EE.UU. Así pues, la UE tenía previsto poner en marcha el próximo 15 de diciembre una subida de aranceles de 2.300 millones de dólares que iba a afectar a los estados más sensibles electoralmente (Florida, California, Carolina del Norte y Carolina del Sur) para la Administración republicana, y a una variada gama de productos, desde naranjas hasta pantalones. Bush ha dado marcha atrás en el momento justo, y la UE ha correspondido eliminando los impuestos que ya aplicaba desde marzo del 2002, unos suplementos que oscilaban entre el 14,9 por ciento y el 26 por ciento a la importación de derivados del acero estadounidenses. De todas formas, Bush ha asegurado que mantendrá un sistema de concesión de licencias para la venta de acero al exterior. West Virginia, Pennsylvania y Ohio son los grandes desfavorecidos por esta decisión. Su importancia electoral, a 10 meses de los próximos comicios del 2004, es mucho menor que la de los estados perjudicados por el proteccionismo. El sindicato United Steelworkers of America ha acusado a Bush de abandonar a los trabajadores siderúrgicos a su suerte, y ha señalado que pedirá la protección del Congreso. Sin embargo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está satisfecha con la decisión de Bush. Wolfgang Huerner, coordinador del organismo, ha pronosticado que se podrá llegar a un acuerdo encaminado a definir el comercio siderúrgico mundial “para finales del 2004”. “Nos sentimos relativamente optimistas”, ha declarado Huebner.