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TERRORISMO ISLÁMICO

Una sustancia mortal y sin antídoto, clave para liberar a los terroristas islámicos detenidos

Por Ana María RiazaTiempo de lectura2 min
España14-02-2003

Mil quinientas veces más mortífero que el cianuro. Así se presentaba la pasada semana ante los medios el compuesto químico conocido como "ricina", que podría formar parte de las sustancias incautadas a los presuntos miembros de la banda terrorista Al Qaeda detenidos el pasado día 23 de enero en Cataluña, y que decidirá su puesta en libertad o no.

La polémica se disparaba tras iniciarse los análisis de las diversas sustancias incautadas a los 16 presuntos terroristas, tras su detención el pasado mes de enero. El presidente del Gobierno, José María Aznar, destacaba entonces la importancia de la operación, y anunciaba la posibilidad de que, más que prestar soporte logístico a otros grupos de la organización liderada por el multimillonario saudita Osama Ben Laden, los detenidos formaban parte de una importante célula con base en España, y que preparaba atentados con explosivos y productos químicos. El magistrado de la Audiencia Nacional, Guillermo Ruiz Polanco, ordenaba entonces el ingreso en prisión de los presuntos terroristas, a la espera de que se analizasen las sustancias químicas (identificadas en su mayoría como hidrocarburos alifáticos, además de una sustancia líquida hecha a base de resinas y gomas sintéticas) y demás aparatos electrónicos (entre los que figuran temporizadores, conectores y manuales sobre circuitos) incautados por la Polícía Nacional durante la detención, a fin de determinar si con ellos podría darse la posibilidad de elaborar algún tipo de arma química. La falta de datos concisos en las tres semanas que sucedieron a las incautaciones -los primeros análisis revelaban que las sustancias decomisadas no eran de carácter nocivo, salvo si se mezclaban con otro tipo de tóxicos-, llevaban al mismo magistrado a establecer el pasado miércoles un ultimátum para los miembros del laboratorio militar de La Marañosa (Madrid) encargados del caso, y que estipulaba un plazo máximo de veinte horas en las que habrían de entregar un informe que concretase las causas por las que los detenidos no habrían de obtener la libertad. Un ultimátum que, por otra parte, no era bien recibido entre las filas del Cuerpo Nacional de Policía, donde lo calificaron como "extravagante", ya que estas mismas resinas se hallan actualmente bajo procesos de análisis en los Estados Unidos. Sin embargo, una hora antes de que venciese el plazo impuesto por el magistrado, agentes pertenecientes a la Unidad Central de Inteligencia Exterior de la Policía presentaban en el juzgado un amplio informe sobre las sustancias confiscadas, y que provocaba que el fiscal Jesús Alonso solicitase una ampliación del plazo para poder analizar con más detenimiento el documento presentado. El informe, por tanto, carece de carácter definitivo, y está pendiente de cotejar sus resultados con unos determinados reactivos, que ya han sido solicitados a los Estados Unidos. Ante esta petición, Ruiz Polanco ha acordado un nuevo plazo, esta vez estimado en un máximo de siete días. Por otro lado, el documento presentado por el ministerio de Defensa asegura que, si bien los resultados para la mayor parte de sustancias analizadas son negativos, no es así con la conocida como "ricina", cuya presencia está pendiente de comprobación. Esta sustancia está considerada como "letal" en caso de ser inhalada o ingerida, y para la cuál no existe antídoto posible. Según los expertos, un gramo de ricina podría llegar a matar a más de 36.000 personas.