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IRAK

Blix asegura que no hay armas de destrucción masiva en Irak

Fotografía
Por Salva Martínez MásTiempo de lectura1 min
Internacional12-01-2003

Hans Blix, el jefe de la agencia de desarme de la ONU en Irak, apuntó el pasado jueves que los inspectores no han encontrado armas de destrucción masiva. En efecto, dos meses de trabajo no han evidenciado lo que desde Washington se entiende como un motivo para invitar a Sadam a “hacer las maletas”, y que no es otro que la posesión de armas biológicas y químicas, cuando no nucleares.

En la comparecencia ante el Consejo de Seguridad, Blix aseguró que tampoco está de acuerdo con el informe sobre armamento que Bagdad presentó el pasado 8 de diciembre porque “deja muchas preguntas sin respuesta”. Unas omisiones que ya fueron señaladas por Washington y por Londres a los pocos días de hacerse público. La Organización Internacional para la Energía Atómica (OIEA) también compareció ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de manera cautelosa porque aún queda trabajo pendiente. El día 18 de este mes y de manos de la OIEA se les entregará una lista de cuestiones pendientes a las autoridades iraquíes. El máximo responsable de este organismo internacional, Mohamed el Baradei, aprovechó la comparecencia para quejarse de no haber podido realizar entrevistas en Irak; unas entrevistas que se realizarían a una lista de 500 científicos que Bagdad entregó la semana pasada. De esta manera, puso en entredicho la colaboración del régimen de Bagdad en la realización de su trabajo. Las autoridades iraquíes se muestran por su parte dispuestas a colaborar con las investigaciones, según informadores en territorio iraquí. Sobre el informe presentado en diciembre Bagdad asegura “no haber recibido todavía ninguna pregunta”. Investigaciones al margen, Sadam Husein acusó el pasado lunes a los inspectores de la ONU de estar dedicados a “labores de espionaje”. El dirigente iraquí se dirigió con tono belicista a su pueblo el pasado lunes durante la celebración del 82º aniversario de la creación de las Fuerzas Armadas. Según observadores locales, estas delicadas declaraciones se deben a la inminencia con la que el régimen de Bagdad espera el ataque de Estados Unidos y sus aliados para derrocar a su líder.