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El caso del bebé clónico suscita reacciones en todo el mundo

Por Gema Cubo CabreraTiempo de lectura2 min
Sociedad04-01-2003

El reciente caso de clonación humana ha disparado el debate internacional. Instituciones científicas y religiosas condenan sin reservas un acto tan peligroso como amoral, mientras unos pocos apuestan por perpetuarse a cualquier precio.

A veces cuesta distinguir la ciencia-ficción de la realidad. En los inicios de 2003 casi nada parece improbable. Sin embargo, ¿hasta que punto se debe tomar en consideración las afirmaciones de una secta que asegura que la vida en la Tierra fue creada por seres de otro planeta?. Por otra parte, aceptando la clonación como una realidad, cabría cuestionarse si es una práctica saludable para los seres humanos y para su esencia como individuos. Después del anuncio hecho por la secta de los realianos sobre el nacimiento el pasado día 26 de diciembre de Eva, primer bebe clonado, la reacción internacional no se ha hecho esperar. La UNESCO ha pedido la prohibición a nivel nacional e internacional de la clonación humana con fines reproductivos, ya que "se trata de experiencias no sólo científicamente arriesgadas sino, además, éticamente inaceptables, puesto que constituyen un ataque intolerable a la dignidad humana", según afirmó el pasado día 30 de diciembre mediante comunicado el director general de la institución, Koichiro Matsuura. Matsuura invitó a los responsables políticos de todos los países y a la comunidad científica, intelectual y jurídica, a cooperar para tomar las medidas legislativas apropiadas. La reacción de la Iglesia tampoco se ha hecho esperar. El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, condenó el pasado día 28 el anuncio sobre el nacimiento del primer bebé clonado, lo que calificó de "mentalidad brutal privada de toda consideración ética". La Iglesia ortodoxa rusa también se ha pronunciado sobre el acontecimiento, según uno de los portavoces del patriarcado de Moscú "si se producen clones humanos para satisfacer los deseos egoístas de las personas, se provocará una profunda crisis moral". Desde el punto de vista científico, el presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, Marcelo Palacios, ha asegurado que aún no se tiene la certeza absoluta de que se haya producido una transferencia de núcleos. Asimismo, añade que la clonación humana es todavía una técnica sin garantías de seguridad para el organismo clonado e inacepatable desde el punto de vista ético. Además, por analogía con lo sucedido con la oveja Dolly, el riesgo es muy grande, pues las dificultades de reprogramar el óvulo podrían producir abortos, malformaciones o tumores, además de una gran cantidad de bebés muertos antes de nacer hasta conseguir un clon con buena salud. Según Patrick Dixon, investigador británico experto en clonación, para 2003 se esperan numerosos bebés clonados, pues existe una auténtica carrera científica motivada por fines económicos. Según Dixon, el 2003 será recordado como el año en que la ciencia pasó a estar fuera de control. Por lo pronto, los raelianos ya han anunciado el nacimiento de un segundo bebé clonado en un país del norte de Europa. Según aseguró David Uzal, portavoz de la secta para Argentina, Brasil y Paraguay, la lista de candidatos es extensa, sobretodo en América Latina, donde se desarrollara la segunda parte del proyeto de clonación humana 2003-2004.