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ALMACÉN NUCLEAR

Rusia almacenará 20.000 toneladas de residuos nucleares extranjeros

Por Javier BragadoTiempo de lectura1 min
Sociedad07-06-2001

El país más extenso del planeta y al mismo tiempo uno de los más deshabitados quiere aprovechar su grandes vacíos geográficos para hacer negocio. La Duma Estatal rusa (la Cámara Baja del Parlamento) ha aprobado un proyecto de ley que permite las importaciones de desechos nucleares de otros países para su almacenamiento. Sólo queda la aceptación del Consejo de la Federación y Vladímir Putin, que ya han adelantado su disposición a ratificarlo.

A cambio de acumular 20.000 toneladas de residuos radiactivos, los rusos recibirán 20.000 millones de dólares, según la agencia Interfax. De esta manera, el resurgimiento de la industria nuclear, que mueve unos 43.000 millones de dólares, provocará que las localidades de Cheliabinsk -cerca de los montes- Urales, Omsk y Krasnoyarsk -en Siberia- sean los destinos de residuos de potenciales clientes como China, Taiwan, Alemania, Corea del Sur, Vietnam, Irán, Tahilandia y la República Checa. A pesar de que se asegura que el 75 por ciento de las divisas obtenidas se destinarán a rehabilitar las regiones más afectadas por la contaminación radiactiva, los numerosos detractores aseguran que gran parte de este dinero se quedará en los bolsillos de altos funcionarios y demócratas. Los ecologistas, que consideran que Rusia se convertirá en un "basurero nuclear" y varios grupos políticos, que han asegurado que quienes votaron a favor aceptaron sobornos, rechazaron el proyecto -que concluiría en el año 2040- por el riesgo futuro y actual. Incluso, según una encuesta del instituto VTSIOM, 8 de cada 10 rusos están en contra. No obstante, según el ministro de Energía Atómica Alexander Rumiantsev, la "experiencia de 25 años en tratamiento de desechos nucleares garantiza la seguridad del proceso". De hecho, durante la época de la Unión Soviética se recogieron residuos de las centrales propias ubicadas en Bulgaria y Finlandia. La asociación ecologista Greenpeace calcula que el 90 por ciento de estos residuos estarán controlados por Estados Unidos y por eso han pedido al presidente norteamericano George W. Bush que vete el proyecto. Sin embargo, Bush ya ha repetido en alguna ocasión que la energía nuclear es un "componente crucial" y ha recomendado investigar el posible tratamiento de los deshechos nucleares para obtener más combustible, a pesar de las advertencias en contra de los científicos.