CINE
Navarra rinde homenaje a su hijo predilecto, Alfredo Landa
Por Héctor Llanos Martínez2 min
Espectáculos28-11-2002
Alfredo Landa Areta nació en la curiosa fecha del 3 de marzo de 1933 en Pamplona. Hijo de un guardia civil, su familia se trasladó a San Sebastián cuando él contaba la edad de doce años. Su carrera de Derecho pronto fue abandonada por el teatro universitario. El día 28 de octubre del 2002 recibió la medalla de oro de Navarra al conjunto de su carrera profesional.
Debutó en el cine en 1962, anteriormente ya había encaminado sus pasos hacia el doblaje, otra faceta de la interpretación que aún no ha abandonado por completo. Su primer trabajo en la pantalla grande fue Atraco a las tres, un filme de José María Forqué imprescindible en la historia del cine patrio. En él desarrollaba un discreto papel, al igual que en El verdugo, de Luis García Berlanga. Durante sus primeras décadas en la profesión -años 60 y 70- Landa se centró en el género de la comedia. Algunos papeles secundarios le llevaron a protagonizar El arte de casarse y Las que tiene que servir, ambas junto a Concha Velasco, su pareja cinematográfica más habitual en estos años. Su recién adquirida condición de actor de primera fila quedó en seguida superada por un físico y estilo interpretativo que le convirtieron en la representación del español estándar. Fue entonces cuando el actor navarro propició un subgénero cinematográfico propio, el landismo. No desearás al vecino del quinto y Manolo, la nuit son ejemplos de las cintas que formaron parte de un género cuya calidad siempre ha estado en entredicho, pero que planteó un problema social como la represión sexual española en clave de humor. Fue en los 80 cuando descubrió al gran público unas espléndidas dotes dramáticas. En Los Santos Inocentes encarnó de manera magistral, según la crítica, el personaje creado por el escritor Miguel Delibes en su obra homónima. Por dicha interpretación recibió el premio máximo en el festival Internacional de Cannes. Además de la adaptación de Mario Camus otros títulos coronan esta etapa profesional. Tal es el caso de dos trabajos de José Luis Cuerda, El bosque animado y La marrana, por los que consiguió dos Premios Goya a la mejor interpretación masculina. Landa ha sido candidato al galardón en otras tres ocasiones en la escueta historia de los premios españoles. El boom en los años 90 de la ficción televisiva española permitió al actor combinar el cine con la televisión, medio anteriormente considerado de segunda categoría en la profesión. En el año 2002 ha estrenado el filme Historia de un beso, lo que ha supuesto una nueva colaboración con el director José Luis Garci y su vuelta triunfal al medio que lo convirtió en parada imprescindible en el recorrido a la historia social de su país.