Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

EUROPA LEAGUE

A la heroica en San Mamés

Por Christian FernándezTiempo de lectura4 min
Deportes10-03-2018

90 minutos en San Mamés son muy largos, y si no que se lo pregunten a Real Madrid, FC Barcelona o al mismo Manchester United. El Athletic recibirá el próximo jueves a un Olympique de Marsella que ha cobrado una ventaja de 3-1 en el partido de ida. Difícil, pero no para los leones. En peores situaciones se han visto envueltos y han sabido salir adelante. Pero eso sí, si quieren estar en el bombo de los cuartos de final, tendrán que dar un aviso a su defensa.

El choque se avecinaba como el mejor de los octavos de final de la Europa League. Dos equipos de iguales condiciones y esquemas se daban cita en la Capital Mundial del Deporte. Mejor escenario imposible para estrenar jornada. En representación de la península, el Athletic, Un Athletic que, a falta de buenos resultados en liga, buscaba redimirse en el panorama europeo. En frente, el Olympique de Marsella. El equipo galo, comandado por un temido Dimitri Payet, buscaba, como no, hacer pagar a alguien los platos rotos de la eliminación copera. Balón a rodar y el encuentro se puso en marcha.

La gente aún se estaba acomodando en sus respectivas localidades cuando el primero subió al marcador. Despiste monumental de la defensa vasca, que dejó entrar a Thauvin en el área como Pedro por su casa. Y más aún despistado estuvo Etxeita, que no vio como Ocampos le ganaba la espalda y, con el exterior, batía a Herrerín gracias al centro propiciado por el "Pedro" francés. Parecía que los fantasmas de La Liga también estaban presentes en el campo galo.

Pero el Athletic espabiló, y Williams, el mejor de los vascos en el partido, comenzó a crear el juego que tan acostumbrados tiene a la buena gente de Euskal Herria. Carrerón del de Bilbao y pase filtrado a Aduriz, que se topó con un privilegiado pie del arquero marsellés. Parecía que el gol fue un caso aislado, un tropiezo fortuito. Pero no fue así.

Antes de cumplirse tan siquiera el minuto 15 de partido, el segundo se dibujó en el electrónico. Etxeita no tuvo su día. Un despeje para evitar el córner salió horriblemente mal hacia el cielo francés, un error no forzado que se dice en tenis. La mala suerte hizo que el cuero fuera a caer acomodado en el pecho de Payet. Con una volea de derechas y, ante las atentas miradas de Yeray Álvarez y Mikel San José, el balón perforó por segunda vez, en la tarde europea, las redes del club vasco.

Jarro de agua fría para los rojiblancos. Y con el agua aún en sus cuerpos llegaron las oportunidades más claras de los locales. Mano a mano de Germanin con Herrerín tras ganarle la espalda a Balenziaga. Pero el meta visitante no estaba por la labor de recoger más balones del fondo de su portería y despejó la ocasión a córner. Tan solo segundos después, Etxeita, para variar, mandaba una cesión a su portero. Pero se debió dejar la fuerza en el despeje del segundo gol, porque el mismo atacante francés llegó antes y disparó al cuerpo de Herrerín. El 2-0 más que un infierno, era un regalo para los vascos tal y como iba el partido.

Antes del descanso, el Athletic recortó distancias. Aduriz batió a Mandanda desde los once metros después de que el árbitro decretara una mano involuntaria de Ramis pegada al cuerpo como pena máxima. Con una pequeña ayuda, los "gorria eta zuria" se iban al túnel de vestuarios con una desventaja mínima en el marcador. La segunda parte diría.

Y la segunda parte dijo que hoy no era el día del Athletic. Una simple  falta en el medio del campo era motivo de defensa total en el área de los de Bilbao. Y es que Payet tiene un guante en la bota para estas cosas. En una internada del Français d'Or por la derecha, el tercero subió al marcador.

Carrera de Payet por la banda de Susaeta, sin presión como no, y centro al área. Sin sorpresas, Ocampos remató solo en medio del área rival de primeras. El cuero llegó a ser interceptado por Herrerín en un acto de puros reflejos, pero eso solo sirvió para que el esférico entrara tristemente despacio en la meta vasca por tercera y última vez en la portería.

Pudo ser peor el final con una vaselina de Ocampos ante la buena salida de Herrerín, pero Etxeita, como intento de lavar la mala imagen dada en la primera parte, salvó el balón justo en la línea cuando la acalorada hinchada marsellés cantaba ya el cuarto. 3-1 y pitido final. El Athletic buscará la heroica en su campo, en su ciudad y bajo el aliento de 53.000 almas animando a pleno pulmón. El león aún tiene muchos rugidos que dar.