ANÁLISIS DE SOCIEDAD

La vida no es virtual

Por Almudena Hernández 2 min

Sociedad06-09-2017

Decíamos ayer...

Que, pese a todo, la vida es maravillosa, aunque los terroristas sigan matando en Las Ramblas y en Yemen, y las lluvias arrasen con todo en Norteamérica, pero también en Asia y en el Caribe de los pobres.

Vivir siempre merece la pena, para recordar a Lady Di y a Madre Teresa o para rezar por Corea del Norte y Venezuela. Porque el hombre se explica por la libertad. También hay que vivir para rezar por los toreros muertos Víctor Barrio e Iván Fandiño y por quienes este verano naufragaron en el Mediterráneo y por los que dejaron el último suspiro en un accidente de tráfico.

El verano es más que esa foto de los pies en la playa, el esperpento y la ridiculez de tanta bilis revuelta en el postureo de las redes sociales y la sinrazón que demuestran muchos políticos como los que están conduciendo a Cataluña a la locura.

Menos mal que septiembre siempre vuelve a inspirar esas ganas de renovarse, de volver a nacer, de una nueva primavera que es la víspera del otoño por venir, del curso por empezar con libros y pinturas de colores con olor a nuevo. Hay que apuntarse al gimnasio, comenzar una colección, buscar trabajo y pareja. Y pedir perdón. Agradecer. Ser valiente.

Decíamos ayer que para mover el mundo sólo se necesita un punto de apoyo, ese impulso que muchos buscan para levantarse cada mañana, mientras otros eligen a drede el punto incorrecto, el que más daño puede provocar o el que más ruido puede hacer.

Decíamos ayer que, pese a todo, la vida es maravillosa porque esos que hacen el mal permiten descubrir a quienes practican el bien sin levantar la voz ni retratar sus pies en la playa. La vida, afortunadamente, no es virtual, y es maravillosa.