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Corea del Norte

El Gobierno acusa a EEUU de intentar asesinar a Kim Jong Un

Por Paloma SztrancmanTiempo de lectura2 min
Internacional05-05-2017

La información la ha proporcionado el Ministerio de Seguridad del Estado norcoreano. En el informe publicado por el Gobierno de Corea del Norte, se acusa a las agencias de  Estados Unidos y de Corea del Sur de armar un complot para atentar contra la vida del líder norcoreano Kim Jong Un mediante el uso de distintos tipos de armas químicas, radiactivas y venenosas.

Las agencias implicadas en este supuesto complot son la CIA por parte de Estados Unidos y el IS por parte de Corea del Sur, es decir, los servicios de inteligencia surcoreanos. Se detalla que el plan comenzó en junio de 2014, fecha en las que Corea del Sur logró reclutar a un ciudadano norcoreano que trabajaba en una fábrica de madera en la ciudad rusa de Khabarovsk, próxima a la frontera de Corea del Norte.

Al ciudadano reclutado se le proporcionó un teléfono satélite y unos 30.000 dólares.  Habiendo realizado el pago y con el equipamiento necesario, el objetivo era atentar contra la vida de Kim Jong Un en algún acto público como un desfile o bien en el propio Palacio del Sol, según afirma el Ministerio norcoreano.

El Ministerio de Seguridad y posteriormente la KCNA, la agencia oficial de noticias del régimen, calificaron la operación urdida por las agencias de inteligencia como “un semillero de males en el mundo y una conspiración viciosa para herir al líder supremo de Corea del Norte”.

Detallando más en el presunto plan, las sustancias que se iban a emplear para atacar al dirigente Kim Jong Un podrían ser similares a las que se usaron en el asesinato de su hermano, Kim Jong Nam, el pasado mes de febrero en el aeropuerto de Kuala Lumpur, en Malasia. Unas armas bioquímicas que únicamente se precisaba que los atacantes se acercasen a la víctima en cuestión para desencadenar consecuencias fatales. El informe detalla que a pesar de no conocerse las sustancias concretas, los efectos podrían no aparecer hasta dentro de seis o doce meses.

El documento no aporta información sobre cómo se descubrió el plan, cuando se impidió seguir adelante con él o el paradero en el que se encuentra el ciudadano norcoreano implicado. Tan solo afirma que “fue descubierto y aplastado recientemente”. El informe finaliza con una serie de amenazas a las agencias de inteligencia occidentales, declarando que “desentrañarán y destruirán hasta el último terrorista de la CIA”.

En respuesta a estas serias acusaciones, los Gobiernos de Corea del Sur y Estados Unidos han optado por no hacer comentarios en un momento en el que sobre todo la tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte va en aumento.