Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

Pena de muerte

Amnistía Internacional hace balance sobre la pena de muerte

Por Cristina GuzmánTiempo de lectura2 min
Sociedad01-04-2015

Los datos que ha hecho públicos AI sobre la pena de muerte en el mundo muestran muchas contradicciones. Mientras que siete países reanudaron la aplicación de la máxima pena, otros siete no la ejercieron tras retomarla en 2013. Según las cifras que maneja la organización; 19.094 personas se encuentran actualmente en el corredor de la muerte, pero 117 países votaron en la Asamblea General de la ONU a favor de una moratoria en su uso.

En la actualidad 140 países, es decir el 72,5% de los países que conforman la ONU, ha abolido legalmente o de hecho la pena de muerte. Amnistía Internacional como cada año hace balance sobre la situación de la pena capital en el mundo, la que consideran una “violación del derecho a la vida” y “la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante”. El citado informe recoge también un ranking de los cinco mayores ejecutores a nivel mundial; en primer lugar se encuentra China, que por su cuenta ejecutó en 2014 a más personas que el resto de países juntos. Después se encuentra Irán, que declaró oficialmente 289 pero se ha contabilizado un total de 743, seguida de Arabia Saudí, con al menos 90 muertes, Irak, con 61, y Estados Unidos, con un total de 35 ejecuciones. Como resultado, excluyendo China, 607 personas fueron ejecutadas en 2014, un 22% menos que las 778 de 2013. Por otro lado, las sentencias han aumentado hasta las 2.466, un 28% más, sobre todo por las condenas en países como Egipto y Nigeria, donde hay un clima de fuerte inestabilidad política.

Uno de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar la entidad a la hora de realizar dicho informe, es el secretismo de algunos países. Desde 2009, AI no publica las cifras de China, Bielorrusia o Vietnam, porque clasifican como secreto de Estado esta información. Además, la organización advierte del peligro de intentar resolver los problemas internos o combatir la delincuencia con esta sentencia tan radical, “es vergonzoso que tantos Estados jueguen con la vida de la gente, ejecutando a personas por terrorismo o para sofocar la inestabilidad interna sobre la premisa errónea de la disuasión”, señalaba el secretario general de AI, Salil Shetty. Por otro lado Shetty apunta que “se engañan a sí mismos. No hay pruebas que demuestren que la amenaza de la ejecución tenga un efecto disuasorio superior al de otras penas”.  Otra de las razones que alega la entidad para oponerse a esta práctica es que se han registrado al menos 112 casos de personas declaradas legalmente inocentes mientras esperaban en el corredor de la muerte. “La pena de muerte está empezando a ser cosa del pasado. Los pocos países que siguen ejecutando deben mirarse seriamente al espejo y preguntarse si desean seguir violando el derecho a la vida o unirse a la inmensa mayoría de Estados que han abandonado este exponente máximo de pena cruel e inhumana”, declaraba Shetty.