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Tragedia aérea

El copiloto Andreas Lubitz ocultó su baja médica a la aerolínea

Por David Sánchez TorricoTiempo de lectura2 min
Sociedad27-03-2015

La fiscalía de Düsseldorf ha comunicado este viernes que el copiloto Andreas Lubitz, de 27 años, que presuntamente estrelló a propósito el avión de Germanwings, "tenía un certificado médico de baja por enfermedad, que había roto y ocultado a la empresa, así como otros documentos que demuestran que estaba en tratamiento". Fuentes de la fiscalía desmintieron que "en los registros realizados en su domicilio se haya encontrado una carta de despedida, ni indicios que apunten a un trasfondo político o religioso para su proceder".

Según un comunicado publicado por este departamento, "sí se encontraron documentos que demuestran que estaba en tratamiento médico". "El hecho de que entre los documentos encontrados hubiera bajas médicas rotas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos indica que el afectado ocultó a su empleador y a su entorno profesional su enfermedad", añade el comunicado. Unas horas antes, el diario The Times ha publicado que "Lubitz había sido suspendido durante meses por Lufthansa durante su etapa de formación, en 2009, y tenía un historial de depresión por una crisis existencial".

Por su parte, Lufthansa se ha remitido a la confidencialidad médica y no ha querido explicar las razones de esa baja. Pese a ello, la revista Der Spiegel asegura que "esa baja se debió a depresión o agotamiento por estrés profesional". "En cualquier caso, la compañía asegura que, cuando acabó la formación e hizo las pruebas, estaba 100% preparado para volar", agrega. En cuanto al diario Bild, afirma que "el copiloto estuvo seis meses recibiendo tratamiento psiquiátrico de forma regular y estaba siendo medicado". "Esa información está en documentos oficiales de la autoridad alemana, que supervisa el transporte aéreo, y Lufthansa, compañía madre de Germanwings, tenía conocimiento de ese tratamiento", sostiene el periódico alemán.

Según el fiscal, "Lubitz tenía la capacidad de pilotar solo el avión y, hace dos años, obtuvo un reconocimiento de la Administración Federal de Aviación (FAA)". Andreas Lubitz era originario de Montabaur, situado en el estado alemán de Renania-Palatinado, y residía en Dusseldorf. Acumulaba 630 horas de vuelo y, según Brice Robin, el fiscal de Marsella, "se quedó a los mandos del aparato cuando el comandante abandonó un momento la cabina. Después, le bloqueó el acceso de forma voluntaria y habría descendido voluntariamente con la intención de estrellar la nave en los Alpes, sistema montañoso que estaba sobrevolando". Klaus Radke, director del club local en el que Lubitz obtuvo su primera licencia de vuelo hace años, asegura que "era un tipo completamente normal, un joven muy agradable, divertido y educado".

Peter Ruecker, miembro del club de vuelo y conocido de Lubitz, afirma estar "simplemente sin palabras". "No tengo ninguna explicación para esto. Conociendo a Andreas, esto es algo inconcebible para mí. Era un joven muy agradable que recibió su formación aquí y que era miembro del club", explica Ruecker. "Nos los pasamos muy bien, aunque a veces quizá era un tanto silencioso. Era un chico como otro cualquiera aquí", ha añadido Ruecker, que también ha admitido que "tenía muchos amigos, no era un solitario". Por su parte, Armin Pleiss, director del instituto Mons-Tabor-Gymnasium, en el que Lubitz se graduó en 2007, ha asegurado sentirse "tan conmocionado y sorprendido como vosotros".