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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Cuba y Estados Unidos, dos victorias pero solo un ganador

Fotografía
Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional22-12-2014

El restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba es una de esas noticias que impacta. Después de décadas de darse la espalda mutuamente, ambos países han decidido recuperar las relaciones diplomáticas y comerciales. Además, conscientes de la importancia del momento, tanto Barack Obama como Raúl Castro dieron a conocer el acuerdo con dos discursos simultáneos, eso sí, cada uno con su estilo característico. Cuba y Estados Unidos están separados por solo 90 millas (aproximadamente, 150 kilómetros, una distancia menor de la que hay entre Madrid y Salamanca). Aun así, parecía que esa distancia era abismal. No tiene sentido que EE.UU. mantenga leyes y embargos aprobados hace décadas, y que se han convertido en anacrónicos, al igual que el régimen de los hermanos Castro. Estados Unidos mantiene contactos diplomáticos con otros países que son dictaduras o que vulneran los derechos humanos. Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo con Cuba? Siempre es mejor buscar puntos de encuentro que de distanciamiento, aunque las relaciones no sean tan fluidas y cordiales que como las que se producen con los aliados. El reencuentro de Cuba y Estados Unidos, tal y como se ha registrado, parece una victoria cubana. De hecho, así lo están contado desde el régimen castrista, que se jacta de que no se va a apartar un ápice de los mandamientos de la revolución. La verdad es que Fidel y Raúl Castro tienen su mérito, aunque sea trágico. Han logrado mantenerse en el poder desde 1959 y han sobrevivido al desmoronamiento del Bloque Soviético, a intentos de asesinato y a operaciones encubiertas para derrocarlos. Todo ello, mientras ambos hermanos iban oprimiendo a su pueblo (por el que decían que luchaban), acaban con las libertades individuales, purgaban a opositores y la pobreza se extendía entre la población cubana (no entre los dirigentes). Sin embargo, aunque a corto plazo la victoria sea cubana, en estos asuntos conviene mirar a largo plazo. Con esa perspectiva, es Estados Unidos el que va a salir ganando. Por un lado, la propaganda comunista del régimen castrista va a tener que buscarse otro enemigo al que culpar de todos sus males. Por otro, la penetrante influencia estadounidense va ir llegando paulatinamente a todos los rincones de Cuba, aunque la dictadura intente disfrazarla. Estableciendo un símil del mundo animal, Estados Unidos se comporta como el tigre agazapado que espera un momento de debilidad de su presa (por ejemplo, la muerte de los Castro) para lograr su objetivo. Cuando una gran potencia como EE.UU. cambia unas políticas tan enraizadas como las que afectaban a Cuba es porque le interesa y porque cree que va a obtener más beneficios que pérdidas.