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PREMIO NOBEL DE LA PAZ

Nobel de la Paz: el galardón más prestigioso y más polémico

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
Sociedad12-12-2014

El creador de los premios que llevan su nombre, el inventor sueco Alfred Nobel, creó cinco galardones: de medicina, de literatura, de la paz, de física y de química. Desde 1968, se añade uno nuevo: el de las ciencias económicas en honor al creador. Este último y, en especial, el de la paz son los que mayor controversia despiertan debido a las diversas opiniones que hay de la crítica.

Este año, el Premio Nobel de la Paz ha caído en manos de Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi, una pakistaní y un indio a favor de los derechos de los niños, su educación y la abolición de los trabajos forzados. No ha habido polémica porque el galardón estaba muy meditado y con razones muy contundentes. Sin embargo, no ha sido así a lo largo de la historia, en concreto, en los últimos años. El reconocimiento se otorga desde 1901 a aquella persona que “haya trabajado más o mejor a favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz”, según explica la Academia Sueca que dejó escrito el propio Nobel en su testamento. Este galardón se entrega en el ayuntamiento de Oslo por el Comité Nobel Noruego del Parlamento Noruego, a diferencia del resto que celebran sus galas en Estocolmo (Suecia). Es curioso que se ha entregado el premio a 98 personas y a 20 organizaciones, pero no se hizo durante los periodos que abarcaron las guerras mundiales –a pesar de que Suecia fue un país neutral durante la II Guerra Mundial-. Quienes inauguraron la larga lista fueron Henry Dunant, el fundador del Comité Internacional de la Cruz Roja, y Frédéric Passy, cofundador de la Unión Interparlamentaria. Precisamente, el que más veces lo ha recibido hasta ahora ha sido el Comité Internacional de la Cruz Roja en 1917, 1944 y 1963, seguido de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en 1954 y 1981. Sin embargo, no ha sido siempre fácil encontrar a un candidato digno del premio, ya que ha tenido 19 vacantes a lo largo de su historia. Esto se debe a que la Academia se reserva el derecho de no entregárselo a nadie si no encuentra a alguien digno de merecerlo ese año, lo que le convierte en el Nobel que más veces no se ha otorgado. Los ganadores reciben un diploma, una medalla y una dotación económica de casi 880.000 euros, que se debe repartir equitativamente en el caso de que sean dos personas. Este año, Malala ha donado casi 40.000 euros para que ACNUR reconstruya las escuelas en la Franja de Gaza. El caso de Obama en 2009 ha sido uno de los más discutidos hasta ahora y continúa vigente. El presidente de EE UU ganó el premio de la Paz por su labor por un mundo sin armas nucleares y por su contribución a favorecer la diplomacia internacional. Muchos han considerado estas razones contradictorias ya que Obama ha bombardeado en el último año varias posiciones del Estado Islámico en Irak y Siria, además de que dirige el país con más armas nucleares y un ejército con tropas desplegadas por todo el mundo. Muchos recordarán a Al Gore como vicepresidente de los EE UU hace 20 años, pero también lleva varias décadas estudiando el cambio climático. Su documental “Una verdad incómoda” fue galardonado con un Óscar, pero sus teorías no han sido tan aplaudidas como para ser merecedor del legado de Nobel. Incluso el que recibió en 1994 Yasir Arafat, el líder palestino ya fallecido, no se ha asentado aún. Se le reconoció su esfuerzo por crear la paz en Oriente Medio pero tiempo después se ha demostrado que encabezó actos terroristas e instigó el asesinato de varios atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972. Otro premio discutido fue el que se concedió a la Unión Europea en 2012, por haber permanecido unida sin tensión y promover la paz durante más de seis décadas. Numerosos expertos han criticado tal decisión ya que consideran que Europa ha permanecido impasible ante los continuos conflictos que existen a nivel mundial y que ha olvidado a los países de su propio núcleo respecto a las crisis que han vivido.