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Copa Davis

Federer le da a Suiza su primera ensaladera

Por Rubén GallardoTiempo de lectura2 min
Deportes23-11-2014

La tierra del Stade Pierre Mauroy de Lille recogían las lágrimas del que probablemente sea el mejor tenista de todos los tiempos. Y es que Federer lo volvía a hacer. Fue la final soñada, el número dos del mundo perdía el primer partido y acababa siendo el héroe del país helvético. A Suiza le valió únicamente con el número dos y cuatro del mundo para acabar con la selección francesa. Wawrinka fue el compañero perfecto para el 17 veces campeón de Grand Slam. Suiza ya tiene su primera ensaladera.

Gasquet sustituía al lesionado Tsonga en el cuarto partido de la final de la Copa Davis. El rival era Federer y solo un día el galo había visto como él y Wawrinka le habían pasado por encima en el dobles. Podía ser el partido decisivo o podía ser el empate para la selección francesa que perdía por un cómputo de dos a uno. De nada valió que durante la final Francia haya batido el récord de espectadores para presenciar el torneo. Nada valía. Y es que el rival de enfrente había resurgido, pero no hablamos de Suiza, hablamos solo de un hombre. Cuando saltó Federer a la pista el público sintió la fuerza de un grande, ni las plegarias hubieran derrotado a un férreo número dos del mundo. Como los grandes campeones supo jugar una final. Como los grandes campeones supo ganar la final desde el principio hasta el final. Gasquet se fue haciendo pequeño con el paso de los minutos y no consiguió alentar a una grada que solo le faltaba un empujoncito para volcarse por completo. Pero Gasquet no lo consiguió y el partido solo fue un monólogo de Federer. No se sabe si será uno de los puntos finales a su carrera -cualquiera se atreve a predecir semejante cosa-, pero sí que fue uno de los momentos que recordará siempre. Federer había vuelto y no había manera de contener semejante festival ofensivo. El suizo no concedió ni un solo punto de rotura en todo el partido y se dice pronto. El resto lo dicen los 64 winners que consiguió durante el partido. El pobre balance de su rival con solo 34 es la mejor estadística para analizar el partido. El suizo se mostró implacable con su saque, 72% de puntos ganados con primer saque y un 82% con segundos. Son los números de un campeón que supo alternar con efectividad todos los recursos de lo que dispone -que no son pocos- para cerrar el partido con una dejada de "super clase", de alguien que ya tiene un hueco mayúsculo en las páginas de la historia del tenis mundial. Al final, la tierra de Lille tuvo el placer de abrazar al número dos del mundo y ver cómo le daba a suiza la primera ensaladera de su historia. El torneo finalmente solo tuvo dos protagonistas por parte de los helvéticos, con Wawrinka y Federer fue suficiente para derrotar a todo un combinado francés que no pudo ser rival pese a llegar con merecimiento a la final. Es la primera Copa Davis para Suiza y la primera para el número dos del mundo que pese a tener ya 33 años y estar cada vez más cerca del final de su carrera, no se cansa de vencer y de conquistar títulos. Y parece que nunca se cansará de hacer historia.