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Coleccionista arte

Muere Cornelius Gurlitt, poseedor de más de 1.500 obras expoliadas por los nazis

Por Almudena FuentesTiempo de lectura2 min
Cultura07-05-2014

El coleccionista alemán, Cornelius Gurlitt, ha muerto este martes, a los 81 años, en su apartamento de Munich. Así lo ha anunciado su portavoz, que ha declarado que el anciano se encontraba “muy debilitado tras una operación de corazón”. En su apartamento de Múnich guardaba lienzos de Picasso, Chagall, Matisse, Beckmann y Nolde que podrían haber sido robados a los judíos alemanes.

Gurlitt pasó a ser conocido en el mundo del arte, después de que unos agentes de policía se interesasen en él, cuando en 2010, se disponía a hacer un viaje en tren hacia la ciudad de Zurich. El motivo fue que portaba una gran cantidad de dinero en metálico, lo que inició una investigación fiscal sobre su persona. En 2012, tras registrar su apartamento de Schwabing, se encontró una gran colección de cuadros, valorada en unos 1.000 millones de euros, compuesta por más de 1.200 cuadros pintados, entre otros, por Picasso, Matisse o Chagall, y la cual conservaba en bastantes malas condiciones. Se trataba de obras robadas por los nazis, durante la guerra. Gurlitt fue acusado de apropiación indebida y evasión fiscal. Por aquel entonces, los nazis se apoderaban de las obras de arte más importantes, desechando lo que consideraban “arte degenerado”, es decir, con influencia judía. Hildebrand Gurlitt, el padre del fallecido, fue uno de los pocos marchantes de arte que trabajaron para los nazis durante la II Guerra Mundial, y aseguró haber perdido gran cantidad de obras en un bombardeo. Aunque la verdad es que, su hijo, las mantuvo escondidas durante más de 50 años en su domicilio. El marchante trataba con este “arte degenerado”, encargándose de venderlo y tenía total acceso a los depósitos, donde los nazis escondieron numerosas piezas requisadas. Su principal intención era reunir obras para el gran museo que Hitler planeaba construir, y que iba a albergar la colección de arte más grande del mundo, sin presencia, obviamente, de obras de “arte degenerado”. Aproximadamente un mes antes de su fallecimiento, había llegado un acuerdo con el Gobierno alemán, para comenzar a devolver las obras robadas. Actualmente, las pinturas se encuentran en manos del Gobierno y se estima que seguirá siendo así, hasta que se determine quiénes son sus legítimos dueños, y se decida quién heredará las obras que el comité dictamine que le pertenecía.