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LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Una de cada tres personas no tiene libre acceso a la información

Por Beatriz Álvarez GallardoTiempo de lectura3 min
Comunicación15-04-2014

El derecho a la información y la libertad de prensa siguen siendo un sueño inalcanzable en muchos países del mundo. Los intereses políticos y económicos han puesto al periodismo y a aquellos que lo ejercen en primer término del punto de mira de distintos gobiernos y grupos de presión. Así, ser periodista se ha convertido en una profesión de alto riesgo, y no sólo en los estados tradicionalmente menos transparentes.

El libre funcionamiento de los medios de información y comunicación es uno de los indicadores más fiables a la hora de medir la salud democrática de un sistema político. Los periodistas son los agentes principales del flujo de información necesario para que las personas dirijan su vida con conocimiento y libertad. En ese sentido, y observando este indicador, en lo que va de siglo el mundo aún está muy lejos de constituir un escenario libre en el que expresar opiniones o tomar decisiones propias. Una de cada tres personas no tiene acceso a información libre, según Reporteros Sin Fronteras (RSF). Más de 470 profesionales de la información han sufrido en propias carnes las consecuencias últimas de la represión por llevar a cabo su trabajo: 116 han sido asesinados y 357 encarcelados, según el Barómetro de Libertad de Prensa 2013 publicado por RSF en su Informe Anual. Entre los fallecidos, 75 eran periodistas profesionales, 37 internautas o periodistas ciudadanos, y 4 colaboradores. Las cifras de encarcelación son aún más dramáticas: 177 periodistas y 166 internautas ingresaron en prisión por el ejercicio de sus labores informativas en 2013. Además, un total de 2.160 informadores de todo el mundo recibieron presiones o agresiones durante el cumplimiento de su función el pasado año. A todo ello se une un nuevo fenómeno en auge: los secuestros. La retención de periodistas ha aumentado un 129% con respecto al año pasado. Un total de 87 periodistas fueron secuestrados en 2013, más de la mitad de ellos, 49, en Siria, que ha demostrado ser desde el inicio del conflicto el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Sin embargo, la ausencia de libertad informativa no afecta únicamente a países regidos por sistemas autoritarios. En Europa e incluso en Estados Unidos, cuna de la libertad de expresión, los intereses velados, políticos y económicos, sirven para obviar legislaciones ampliamente favorables al derecho de los ciudadanos a contar con una información libre e independiente. En el país norteamericano, RSF ha denunciado el papel que ha jugado la administración de Barack Obama en su intento por silenciar las filtraciones a Wikileaks llevadas a cabo por el exagente de la NSA Edward Snowden y el militar Bradley Manning. Desde el inicio del mandato de Obama, seis informantes han sido condenados y encarcelados. También un periodista, Roger Shuler, permanece en prisión sin posibilidad de impugnar los cargos en su contra por desacato y resistencia a la detención. Por si fuera poco, el escándalo destapado por los diarios The Washington Post y The Guardian, que revelaban las escuchas realizadas por los servicios de inteligencia estadounidenses a miles de civiles por todo el mundo, entre ellos altos cargos de la política europea, ha dejado en evidencia que incluso la patria de la libertad de expresión tiene deudas pendientes con el derecho a la información de los ciudadanos. Por último, tampoco España ha escapado a la atenta vigilancia de este organismo. El cierre de la radiotelevisión pública valenciana, Canal Nou, preside las críticas de RSF a la libertad informativa española. Junto a ello, el colectivo de prensa también señala la nueva Ley de Seguridad Ciudadana y los temores a posibles restricciones a la labor de los periodistas en la cobertura de manifestaciones y disturbios en las calles. En conjunto, el informe apunta a que la crisis económica y los desórdenes sociales que se han generado a partir de ella han puesto a prueba la capacidad de la libertad informativa española de seguir manteniendo su transparencia e independencia; y que seguirán siendo su gran reto en el futuro.