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DÍA DE LA MUJER

La mujer es discriminada en muchas partes del mundo

Por Beatriz Álvarez GallardoTiempo de lectura3 min
Sociedad11-03-2014

Ser mujer es muy difícil. En cualquier sociedad del mundo, ser mujer es un factor para la exclusión y la discriminación. Entre los pobres, las mujeres son siempre más pobres; donde el acceso a la educación es limitado, las mujeres son las menos escolarizadas; donde no existe la libertad sexual, las mujeres sufren los castigos más severos; en los países que no respetan los derechos humanos, la menos respetada es la mujer.

Por ello precisamente, las mujeres de todo el mundo se han movilizado este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, para reclamar, sobre todo, un trato justo e igualdad con respecto a los hombres. En Europa, la mujer tiene reconocidos exactamente los mismos derechos civiles y políticos que el hombre. A ojos de la Justicia son iguales, reciben la misma atención sanitaria y social, y no solo están igualmente escolarizadas, sino que por lo general obtienen mejores resultados tanto en el colegio como en la universidad, donde ya son mayoría. ¿Cuál es entonces el problema? Las estadísticas evidencian que, a pesar de este mayor rendimiento y cualificación, la mayoría de las mujeres ocuparán a lo largo de su vida puestos a tiempo parcial, cobrarán un menor salario y no accederán a los puestos de responsabilidad de las empresas. Comisiones Obreras revela que en España un hombre cobra de media 7.952 euros más que una mujer por el mismo trabajo; y en Alemania, en 2010, las mujeres cobraron un 23% menos que los hombres, según Eurostat, mientras que las mayores diferencias entre sexos se registran en Italia, donde la tasa de pobreza femenina supera en dos puntos a la masculina. En el resto del mundo, la situación es aún más injusta. Amnistía Internacional asegura que la violencia contra las mujeres es la violación de los derechos humanos más permitida y menos castigada, y que la discriminación que sufren en todos los ámbitos de su vida es la causa y la justificación de esta violencia. En su informe La discriminación, raíz de la violencia: ¡No a las leyes discriminatorias! recogen la legislación de aquellos países que aún tienen en vigor leyes abiertamente discriminatorias contra las mujeres. Por ejemplo, en Arabia Saudí, Omán y Brunéi las mujeres no tienen derecho a voto. En Argelia, la legislación contempla la poligamia, ordena obediencia a la mujer y limita sus motivos para el divorcio. Del mismo modo, los “códigos de obediencia” están presentes también en Sudán o en Yemen, donde se especifica que las mujeres deben estar disponibles para mantener relaciones sexuales con su marido. India, Malasia y Tonga han excluido del concepto de violación las relaciones sexuales forzadas dentro del matrimonio. En Guatemala se eliminan las penas por violación si el agresor contrae matrimonio con la víctima, siempre que ésta sea mayor de 12 años. En Pakistán, el testimonio jurídico de una mujer vale la mitad que el de un hombre, y para probar que ha sido violada necesita al menos “cuatro hombres musulmanes adultos que hayan sido testigos presenciales del acto de penetración”. En Afganistán el adulterio femenino es un delito que se puede castigar con 10 años de prisión e incluso la lapidación. Además, la lapidación se contempla en algunos estados del norte de Nigeria, un país cuya legislación permite al marido utilizar la violencia para “regañar” a su mujer, siempre y cuando no le ocasione “daños graves”: pérdida de visión, de audición, de la capacidad de hablar, desfiguraciones faciales u otras heridas que pongan en peligro su vida. En Israel, tan sólo los hombres tienen derecho a divorciarse en un matrimonio judío. En Bolivia las mujeres son equiparadas a niños menores de 18 años en la legislación laboral, y tan solo se les permite trabajar por el día. En Camerún es el marido quien decide si su mujer puede trabajar o no. Estos son sólo algunos ejemplos de actuaciones discriminatorias que en cada uno de estos países están amparadas por la ley. Queda aún, por tanto, un largo camino por recorrer hasta conseguir el objetivo de esta jornada internacional de la Mujer: la igualdad plena y efectiva de derechos y oportunidades en todo el mundo.