Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

HISTORIA

Fallece la última leyenda del holocausto

Por Cristina González BoyarizoTiempo de lectura3 min
Cultura24-02-2014

Hay personas que pasan a la historia, personas que siempre son recordadas por su vida y obra. La Segunda Guerra Mundial y el holocausto se llevó multitud de almas inocentes y culpables, Anna Frank es quizá el nombre más sonado, pero junto a ella, identidades voluntariamente anónimas u ocultas fueron se erigieron también como héroes. Uno de los periodos históricos más tratados en el mundo del cine, la literatura y la música vuelve a ser noticia. El pasado 23 de febrero falleció en Londres Alice Herz Sommer, la que fuera considerada última superviviente de la masacre judía, a los 110 años, pasa a ser una leyenda viva.

Herz nació y creció en Praga, en el seno de una familia judía de buena posición, un hogar donde la cultura tenía reservado un rincón preferente y una casa donde eran asiduas las visitas de distintos intelectuales de la época de la altura de Franz Kafka, Gustav Malher, Thomas Mann o Stefan Zweig. La por aquel entonces niña tocaría en su más tierna infancia la segunda sinfonía de Malher y desde entonces su pasión por la música no haría sino incrementarse día a día, pasión que alimentaría interviniendo en distintas orquestas hasta que en 1938 las patrullas nazis eclipsaran todo su mundo y se viera obligada a abandonar su ocupación predilecta. Su propia progenitora pronto fue incautada para los propósitos del imperio alemán y la enviaron al campo de concentración de Terezin, cuando madre e hija se despidieron, Herz intuía que no volvería a ver a su guía con vida y no se equivocó. Más tarde ella misma fue reclutada, junto con su familia, para ir al mismo lugar, un centro especial donde, según el propio Hitler, llevaban a los artistas para preservarlos del exterminio racial. Sin embargo, la realidad era otra y este constituía solo un alto en el camino antes de llegar a Auschwitz, de hecho, de los 156000 judíos que ingresaron, solo sobrevivieron 17500, de estos únicamente 93 menores de edad, entre ellos el hijo de esta mujer. En contraste al sufrimiento, a los músicos se les permitía actuar y de hecho ella tocó su piano, no solo ante los alemanes, sino también para sus compañeros de celda. Tras la liberación y una vez concluida la pesadilla, Herz Summer y los suyos emigraron hacia Israel y madre e hijo siguieron con sus dotes musicales desarrollándolas por caminos y destinos diferentes, sin embargo, a la edad de 83, ella regresó a Reino Unido para estar junto a su pequeño Rafi. El libro de su biografía, El mundo de Alice escrito por Caroline Stoessinger, refleja una vida llena de contradicciones, una infancia plena y feliz, con la música de eterna acompañante en el hogar, unos años de juventud y madurez agrietados y revolucionados por la oscura realidad, la pérdida de sus seres más queridos y cercanos y una vejez llena de recuerdos dispares y del cariño de todos a los que sirvió de ayuda y que colaboraron con su causa. Una historia que fue también llevada a la gran pantalla bajo el título The lady in number 6: Music sabed my life, candidata al Oscar como Mejor Corto Documental. El productor del filme, Frederic Bohbot declaró: “Pensamos que nunca moriría, estábamos convencidos de que llegaría a ver los Oscar”. Una existencia llena de contradicciones, de circunstancias oscuras y corazones iluminados. Alguien que siguió conservando la esperanza cuando ya todos la habían perdido, alguien que sobrevivió a los males de su tiempo con un piano, la música y su voz: “Cada día es un milagro a pesar de las circunstancias, depende de nosotros lo que hagamos con el bien y el mal, nadie nos puede quitar el poder de decisión. La música me salvó, la música es mi Dios”.