El Partido Popular considera que no hubo huelga general

Por Javier de la Fuente2 min

Economía23-06-2002

El 20-J ya ha pasado a la historia, queda la pregunta de quienes son vencedores y vencidos. El ministro de Exteriores, Josep Piqué, y el portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, consideran que en ningún caso se trato de huelga general, no obstante Piqué admitió que hubo un paro importante en determinados sectores.

La valoración más dura es la del coordinador de comunicación del Partido Popular, Rafael Hernando, quien ha declarado que el secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero, es visto por sus antiguos votantes como un "huelguista fracasado" tras el resultado del 20-J. Hernando considera que es necesaria “una reflexión por parte de los socialistas, ya que España necesita una alternativa creíble y el PSOE por desgracia no lo es”. El PSOE, en cambio, considera que el 20-J ha supuesto un reencuentro con su electorado que se había refugiado en la abstención y la sintonía con la población más joven, quienes consideran que han participado de una manera masiva en las manifestaciones. Todo parece indicar que Zapatero centrará su discurso del próximo 15 de julio en el debate sobre el estado de la nación, en las protesta social acaecida en la huelga, Zapatero dijo al respecto que millones de españoles “han dicho no al modelo social de Aznar y a su talante prepotente, que ha generado innumerables conflictos sociales mientras que los problemas reales se ven desatendidos". La huelga general fue reflejada también en las portadas de los principales periódicos internacionales. Paradójicamente, y en contraste con los diarios y partidos políticos españoles, casi todos coincidieron en señalar que la huelga fue un éxito, hasta el extremo de dejar el país paralizado, como se puede leer en las paginas de Washington Post que titula: "Una huelga general masiva cerró virtualmente España" o la prensa británica que en el diario The Guardian se afirma: "La huelga causa el cierre de España". Uno de los principales motivos que ha llevado al Gobierno a sufrir su primera huelga general, fue la reforma de las prestaciones por desempleo o decretazo. El gobierno puso en marcha la ley por la vía urgente del Real Decreto, sin obtener el respaldo de ninguno de sus socios parlamentarios. Sin embargo puede que ahora obtenga el apoyo de Convergencia i Unió (CiU), en la tramitación del proyecto de Ley de Empleo. CiU dará su apoyo a dicha ley siempre y cuando se mejoren aspectos de la misma como suavizar los efectos de la supresión de los salarios de tramitación, otorgar mayores garantías a la nueva definición de oferta adecuada o modificar las condiciones de acceso de los trabajadores fijos discontinuos. El Gobierno intenta no sólo recuperar la confianza de sus socios en las Cortes, sino que manifiesta que tiene la "mano tendida" con los sindicatos y animó al resto de partidos políticos a que presenten "alternativas y propuestas" en la tramitación parlamentaria del Real Decreto.