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LONDRES 2012

Un relámpago cae sobre Londres

Por Nacho MartínezTiempo de lectura1 min
Deportes05-08-2012

El deporte se convierte en un auténtico espectáculo cuando se trata de los cien metros lisos. Una carrera en la que ocho atletas se han disputado ser el hombre más rápido del mundo intentando traspasar las barreras de lo humano y estar un poco más cerca de lo divino. Usain Bolt lo ha conseguido. El jamaicano ha logrado colgarse una medalla de oro más en esta prueba, la mejor de todos los tiempos, y recoger así el relevo de Carl Lewis, velocista al que acompaña ya como leyenda de la historia de los Juegos Olímpicos.

El relámpago Bolt se ha quedado a cinco centésimas de su récord del mundo pero sí ha batido el récord olímpico que consiguió en Pekín. Las condiciones en el estadio olímpico de Londres eran las óptimas para que los ocho atletas regalaran al mundo la mejor carrera de la historia. Todos excepto Asafa Powel, que pagó el esfuerzo con una lesión muscular a mitad de la carrera, congelaron el tiempo por debajo de los diez segundos. Uno de los pocos que podían hacer frente a Bolt era su compatriota Yohan Blake. El joven corredor no defraudó y se hizo con la segunda posición del podio para dejar claro que la velocidad es cosa de Jamaica. Justin Gatlin fue tercero, el estadounidense apretó los dientes para seguir la sombra de los de Bolt y Blake y al final obtuvo su recompensa, una recompensa de bronce. Usain Bolt todavía puede agrandar su leyenda y quedar como único rey de la velocidad si vuelve a conseguir el oro en la prueba de los doscientos metros. El hombre más rápido de la tierra demuestra que no ha dejado de tener sed de gloria, demuestra que quiere escribir su nombre en la historia del olimpismo. La velocidad ya tiene nombre y se llama Bolt.