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NBA

Relajarse y esperar

Por Mario VieraTiempo de lectura2 min
Deportes26-05-2012

Con la serie empatada a dos partidos, daba comienzo el quinto encuentro. Que más que un partido de baloncesto, parecía una pelea en un bar. Manotazos, empujones y faltas por doquier. Cuando comenzaron los insultos (que llegaron a semejante nivel, que en la retransmisión pusieron en mute los micros a pie de cancha).

Y las hostilidades escalaron a más. Todo comenzó con un manotazo (que se podría decir que fue un puñetazo) de Tyler Hansbrough que mando de cara al suelo a Dwyane Wade cuando entraba en la zona de los Pacers. Luego quedaban tan solo un minuto y treinta y dos segundos en el tercer cuarto, cuando Lebron James recibía una técnica de Danny Granger. Tras fallar su primer tiro libre, Lance Stephenson comenzó a insultar desde el banquillo a James, llamándole “choker”. En este caso, la expresión “choker” en ingles significa literalmente atragantarse. Stephenson se refería con esto, a los determinantes últimos tiros que James ha fallado más de una vez a lo largo de su carrera. Sin embargo, estas acciones no quedarían sin respuesta. Nada más salir al parquet, Stephenson tuvo la oportunidad de disputar un rebote. Durante la pelea lo que se encontró, fue el codo de Dexter Pittman, en su garganta. Por si no había quedado claro, cuando Lance Stephenson estaba en el suelo, manos en el cuello, Pittman le preguntaba, “Who’s choking now?” que traducido sería, “¿Quién se atraganta ahora?”. El partido continuaba, y esta vez era Hansbrough el que entraba en la zona de los Heat. En este caso, la vendetta vino de la mano de Udonis Haslem, la misma mano que casi decapita al ala pivot de los Pacers. Tras conseguir la victoria, los Heat recibieron la mala noticia. Haslem fue suspendido durante un partido, mientras que Pittman por tres. Si el juego interno de los Heat ya estaba dañado sin Bosh, ahora no había manera de describir lo mal que esta situación dejaba la pintura de los Heat. Al inicio del sexto y último partido se esperaban que todos los balones fueran para Roy Hibbert. El portentoso pivot de los Pacers de 2,18 metros y que este año se estrenó como All Star. Sin embargo la cosa no fue así. Y no fue solo culpa de las malas estadísticas de tiro que hizo Roy Hibbert. También contribuyeron Dwyane Wade y Lebron James, que tuvieron una aportación espectacular. Casi 80 puntos entre los dos. El resto del equipo también jugó de una manera esplendida. Cada uno cumplió con su cometido. La defensa de Shane Battier sobre David West y de Joel Anthony sobre Roy Hibbert y el acierto en tiros de tres de Mike Miller. En definitiva, los Heat decidieron que si no podían defender el juego interno, tirarían de defensa exterior y obligaron a los Pacers a perder 22 posesiones. Así, los Heat despacharon a los Pacers y cerraron las bocas de los detractores. Ahora les toca relajarse y esperar. Esperar a que Bosh se recupere, a que Haslem se reincorpore y a que se declare un vencedor en la serie entre los Celtics y los Sixers, para disputar la siguiente ronda, las finales de conferencia.