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SIRIA

El látigo del régimen sirio

Por David López MarchTiempo de lectura2 min
Internacional18-03-2012

Se ha cumplido el primer aniversario del levantamiento del pueblo sirio contra el gobierno de El Asad. Desde entonces, el país se ha envuelto en un conflicto interno que ha causado la muerte de más de 8.000 personas, la mayoría de ellas civiles, según estimaciones de Naciones Unidas.

Desde que en el año 2000, El Asad sucediese en el poder al temible Hafez al Asad, automáticamente se convirtió en la esperanza del pueblo sirio tras 30 años de despiadada dictadura. Al comienzo de su mandato, el joven presidente reconoció la necesidad de "descartar ideas obsoletas", de introducir "mejoras" y prometió el indulto de miles de presos políticos. Pero los atisbos de cambio que se sintieron en la Primavera de Damasco se extinguieron rápidamente con otros 11 años de monopolio político y violaciones continuas de los derechos humanos. El 15 de marzo de 2011, Siria es convocada a las calles para protestar contra los abusos del Partido del Renacimiento Árabe Socialista cometidos durante más de 48 años. El 20 de marzo una multitud prende fuego a la sede del gubernamental partido Baaz en la ciudad de Deraa, donde también quemaron los tribunales y dos compañías telefónicas. La revuelta se extiende rápidamente primero a los pueblos y luego a las ciudades. La respuesta del gobierno fue brutal: sitió pueblos, incomunicó sus infraestructuras y cortó sus suministros de luz y agua. Las protestas y combates se sucedieron a lo largo de los meses posteriores por lo que miles de personas se vieron obligadas a salir del país. María Jesús Vega responsable de relaciones externas en Siria ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados), expone que "30.000 personas han huido hacia países limítrofes y unos 7.000 hacia Europa pidiendo asilo político". Además, afirma que trabajan “codo con codo con la media luna roja árabe libia” y dada la situación actual tienen “unas limitaciones importantes". Desde el comienzo de la rebelión, el presidente El Asad se ha esforzado mucho por dar una imagen de protector del pueblo. Ha expresado la crisis como una lucha contra "terroristas patrocinados desde el extranjero". Sin embargo, en un informe difundido por Amnistía Internacional señala que los sirios detenidos durante el levantamiento contra el gobierno han sido sometidos a "tortura sistemática" por las fuerzas del régimen lo que es un crimen contra los derechos humanos. Varios grupos de la oposición, se han pronunciado respecto a las acusaciones y han negado cualquier relación con actividades terroristas alegando que se han visto obligados a armarse para defenderse de la dura represión militar. Debido a las constantes presiones internacionales, El Asad ha convocado unas elecciones parlamentarias para el 7 de mayo con el fin de demostrar un compromiso con las reformas políticas. Los opositores han expresado su disconformidad con estas elecciones, puesto que, dicen, la constitución es ilegítima y estarían dispuestos a boicotearlas. Los últimos atentados en Alepo, Homs y Damasco han provocado la reacción internacional creando comités de investigación. La inestable situación actual del país es una de las principales preocupaciones de Ban Ki Moon, secretario General de las Naciones Unidas, quien ha exigido el "cese inmediato de la violencia".