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CRISIS GRIEGA

Grecia vuelve a ser salvada

Por Alberto Carretero AguadoTiempo de lectura1 min
Economía20-02-2012

Lukás Papadimos, primer ministro de Grecia, está manteniendo reuniones con las empresas con el fin de ultimar el acuerdo para cancelar al menos la mitad de la deuda helena en manos del sector privado. El Instituto Internacional de Finanzas (IIF), en nombre de los bancos y fondos de inversión tenedores de deuda griega, están negociando con Atenas. Uno de los pilares básicos del plan de asistencia financiera al país es la participación voluntaria del sector privado en el rescate de Grecia, además de la aportación del Fondo Monetario Internacional y la UE, valorada en 130.000 millones de euros.

Sin embargo, a causa del grave deterioro que ha sufrido la economía griega, la condonación de la mitad de la deuda griega en manos privadas, que supone 206.000 millones de euros, podría resultar insuficiente. El pasado mes de octubre, los acreedores privados se comprometieron a asumir pérdidas voluntarias equivalentes al 21% del valor de los bonos que poseen, pero este umbral ya ha superado el valor real de los bonos en un 70%. El Ejecutivo de Grecia se ha mostrado optimista sobre el resultado de la reunión del Eurogrupo en Bruselas, a partir del cual surgió la previsión de autorizar un nuevo préstamo de 130.000 millones de euros y una quita de unos 100.000 millones de euros de la deuda del país en manos del sector privado. Lukás Papadimos, primer ministro de Grecia, dijo que su país espera cerrar así “un largo período de incertidumbre que no ha beneficiado ni a la economía griega ni a la de la eurozona”. En estos momentos, la eurozona estudia si hay alguna manera de aumentar la aportación del sector privado, además de otras medidas económicas para bajar la deuda hasta el 120 % del PIB en el año 2020. Gran parte de los ministros del Eurogrupo, como el alemán Wolfgang Schäuble, han afirmado ser optimistas acerca de las posibilidades de alcanzar un compromiso, una vez que el Gobierno griego haya cumplido las condiciones que se les han exigido. Sin embargo, los países con máxima calificación crediticia “triple A”, liderados por los Países Bajos, han vuelto a mostrar su desconfianza hacia Grecia. Estos países reclaman un refuerzo de los controles, incluso interfiriendo en la soberanía nacional. Las negociaciones podrían complicarse porque los dirigentes de estos países no actuarán hasta que no se garantice que las autoridades griegas aplicarán los recortes establecidos.