EUROPEO FÚTBOL SALA
España mantiene la hegemonía en Fútbol Sala
Por Nacho Martínez1 min
Deportes12-02-2012
Una vez más los chicos del fútbol sala español han conseguido el campeonato de Europa esta vez ha sido frente a Rusia, un rival que lo puso muy difícil y al que hubo que remontar para revalidar el título. Ya van seis veces, cuarta vez consecutiva, que la selección española se proclama campeona de Europa, una hegemonía bien merecida a base de un trabajo bien hecho y la mezcla de talento y sacrificio de los jugadores españoles, por mucho que les pese a los franceses.
La Roja tiró de su orgullo de campeona para remontar el gol ruso de Pula, con un tanto de Sergio Lozano a treinta segundos que forzó la prórroga. En el tiempo extra llegó el decisivo tanto, otra vez de Lozano, y otro de Borja sobre la bocina para volver a reinar en Europa. Los españoles nunca perdieron la fe en un partido que se había puesto muy cuesta arriba. Durante todo el partido los de Venancio López llegaron con acciones de peligro pero faltaba puntería en los metros finales. Miguelín y Aicardo siempre estaban bien colocados. Cerca de la portería. Aunque no conseguían llegar por un suspiro para empujarla dentro. Se desarrolló una final en la que ningún equipo estaba dispuesto a conceder errores, por eso hubo mucho miedo y respeto. En la primera parte, el conjunto ruso se había dedicado a mantener su orden defensivo. Aunque en los últimos veinte minutos decidió arriesgar. Sin embargo se encontraron con un gigante en la portería. Luis Amado mantuvo con vida a La Roja con paradas de todos los colores. Todo parecía perdido cuando en los minutos finales Pula se sacó un misil para poner por delante a los rusos pero a falta de treinta segundos del final llegó el gol de la esperanza de Sergio Lozano. Ya en la prórroga una diferencia anímica muy grande, y la experiencia española ante las citas importantes hicieron que el partido cayera finalmente del lado español. De nuevo Sergio Lozano perforó la portería rival y más tarde, para dar la tranquilidad, Borja sentenció la final. España sufrió. Pero valió la pena para mantener la hegemonía en Europa.