UNIÓN EUROPEA
PSOE: "No podemos apoyar las revoluciones árabes y dejar que los inmigrantes se ahoguen”
Por Sara Pérez Hernández2 min
Internacional15-05-2011
La huida masiva de inmigrantes, procedentes de Libia, Túnez y Egipto, entre otros países, y que han llegado hasta el Sur de Italia, han provocado que Berlusconi y Sarkozy pidan cambios en el tratado de Schengen. Por el contrario, el Gobierno de España contesta que no está dispuesto a renunciar a él.
España está en contra de "cualquier reforma involutiva" del tratado de Schengen y se opone a la adopción de medidas unilaterales, afirmó el secretario de Estado para la Unión Europa, Diego López Garrido. "Nos gustaría que determinados partidos de la derecha europea no pacten con la extrema derecha", explicó a Efe el secretario de Estado, quien reiteró el apoyo de España a la posición adoptada por la Comisión Europea ante la voluntad de Copenhague de restablecer controles aduaneros. Asimismo, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, ha manifestado que el Gobierno español no está dispuesto a renunciar al Tratado de Schengen, que elimina las fronteras interiores en Europa, ya que sería una hipocresía aplaudir por la mañana las reformas democráticas en los países africanos y por la tarde, dejar que los emigrantes se ahoguen. Por lo que, la postura del Ejecutivo español sobre este tema es "clara y nítida". "No vamos a reformar Schengen", ha asegurado, para incidir en que "el problema de fondo" a analizar es la llegada de miles de personas en pateras a Italia fruto de las revoluciones democráticas en el norte de África y no la sostenibilidad de la libre circulación de ciudadanos en el espacio de la Unión Europea. Respecto al “problema de fondo”, como dice Rubalcaba, y lo que ha hecho que este tratado sea revisado, es la reciente decisión de la Comisión Europea, a instancias del presidente francés, Nicolas Sarkozy y del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de imponer controles fronterizos para contener la oleada de refugiados que huyen del Norte de África. La huida masiva de inmigrantes, procedentes de Libia tras la intervención militar contra el régimen de Muamar el Gadafi, y de Túnez como consecuencia de la revuelta social que acabó con la presidencia de Zine al Abidine Ben Alí, y que han alcanzado las costas de la isla italiana de Lampedusa -unos 25.000, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados -, y de Malta -alrededor de 800-, ha puesto en estado de alerta a los líderes europeos. Por su parte, España ocupa el segundo puesto en número de entrada de inmigrantes ilegales en el conjunto de la UE en 2010, con alrededor de 5.000 llegadas, lo que ha supuesto que un cinco por ciento del total de los indocumentados que llegaron a países comunitarios. De los 104.000 inmigrantes 'sin papeles' que entraron por las fronteras de la UE el pasado año, Grecia, con 89.000, fue el país que más llegadas registró a través de sus fronteras con Turquía y Albania, lo que representa el 86 por ciento. En tercer lugar, se situó Italia, con 4.400 entradas irregulares, un cuatro por ciento del total. Sin embargo, este año Italia aumenta de forma notable la inmigración. A causa de la crisis económica que atraviesa España, de 2010 a 2011, se produjo un descenso por primera vez en la historia de 37.056 personas en cifras absolutas, aun así el 12 por ciento de los residentes en España es de nacionalidad extranjera.