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UNIÓN EUROPEA

Italia y Francia, ‘lanzan la primera piedra’ contra Schengen

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
Internacional15-05-2011

Los ministros de Interior de la Unión Europea no se ponen de acuerdo sobre si es necesario restringir la libre circulación de personas en la Unión. La propuesta fue lanzada por Italia y Francia el pasado 26 de abril y aspira a modificar el Tratado de Schengen, uno de los pilares fundamentales de los Veintisiete. La medida fue propuesta para frenar la llegada a sus países de grandes oleadas de inmigrantes y aunque la mayoría de los países están de acuerdo en que es necesario revisar este aspecto para evitar la oleada de inmigrantes que llegan de países árabes, España, Bélgica y Malta se oponen a la modificación del Acuerdo.

Italia, Francia, Dinamarca y Alemania a favor de reintroducir controles fronterizos para evitar la entrada masiva de inmigrantes de fuera de la Unión Europea. Por su parte, España, Bélgica y Malta se oponen a modificar el Tratado porque lo consideran un punto fundamental de la UE. El debate está abierto y la propuesta de modificación será estudiada en la Cumbre de la UE el próximo 26 de junio. Francia e Italia fueron los primeros en lanzar la piedra. El detonante fue la llegada de 25.000 inmigrantes a la isla italiana de Lampedusa. Tras este hecho, ambos países pidieron una revisión del Acuerdo para restablecer los controles en las fronteras nacionales y así poder contener la oleada de inmigración provocada por las revueltas en los países árabes, que no forman parte de la UE. Dinamarca, a favor de controlar el delito y la inmigración ilegal La mayoría de los países europeos apoyó, en una reunión mantenida el pasado jueves, una propuesta para reintroducir los controles en las fronteras como “último recurso” y “en condiciones excepcionales”. Sin embargo, llovieron críticas a Dinamarca, Italia y Francia. La primera fue objeto de ataques porque anunció que iba a instalar retenes fronterizos permanentes para controlar el delito y la inmigración ilegal. De hecho, 24 horas antes de la re unión, rectificó y restableció sus dos únicas fronteras, las que le separan de Suecia y Alemania. El ministro de Integración de Dinamarca, Soren Pind, aseguró que su Gobierno no tiene intención de establecer "controles personales o de pasaportes", lo que supondría violar la normativa de Schengen, sino "controles de fronteras" para que no se lleven a cabo "actividades criminales transfronterizas", como tráfico de drogas o de personas. Alemania apoya contener la oleada de inmigrantes sin poner en duda la libertad de circulación de la UE De la misma forma, Italia y Francia fueron criticadas por plantear la posibilidad de restaurar los controles fronterizos para contener la ola de indocumentados. Sin embargo, en lo que están de acuerdo es en la necesidad de establecer un control para frenar inmigración ilegal de fuera de la Unión Europea, pero sin que ello rompa el tránsito de los propios ciudadanos de la UE. En este sentido, el ministro alemán, Hans-Peter Friedrich, afirmó que "en ningún caso se debe poner en duda el principio de la libertad de circulación en el seno de la UE", que es "uno de los logros más palpables de la construcción europea para nuestros conciudadanos". Sin embargo, no se debe facilitar a los Estados miembros volver la espalda al tratado de Schengen porque “podría provocar una reacción en cadena que destruiría la confianza de otros países. No queremos permitir que eso suceda", agregó. Pero otros países sostienen que la ausencia de restricciones fronterizas ha provocado un aumento de la inmigración ilegal y el delito, ya que tanto todos pueden desplazarse libremente en los 25 países de la zona Schengen. España, Bélgica, Malta y Chipre, en contra de modificar Schengen Por su parte, España, Bélgica y Malta -además de Chipre, que aún no es miembro de pleno derecho de Schengen- expusieron en el Consejo de Ministros de Interior que no hace falta realizar ninguna modificación porque los mecanismos previstos en el tratado ya matizan cómo se debe actuar en situaciones excepcionales. Para estos tres países, lo importante es reforzar las fronteras exteriores de la UE, permitir el tránsito, mejorar la cooperación con las países de origen inmigrante y aumentar la solidaridad entre la UE.