GOLF
Seve, la primera estrella mundial del deporte español
Por Javier M. Fandiño2 min
Deportes08-05-2011
“Eres un ejemplo, Severiano”, aseguró el rey Juan Carlos a Ballesteros en la celebración en 2009 del Día de las Fuerzas Armadas en Santander. Razón no le faltaba. Severiano Ballesteros ha fallecido a los 54 años tras una larga lucha contra los tumores cerebrales que minaron sus últimos años de vida. Competidor nato, un “mago” en el campo de golf, el cántabro siempre será recordado por sus golpes imposibles y los 94 títulos internacionales ganados a lo largo de su carrera.
A pesar de que su auténtica pasión era el golf, Severiano Ballesteros ha asegurado en más de una ocasión que hubo momentos en los que se llegó a replantear su futuro. Las dificultades para entrenar en su Pedreña natal (Cantabria), le llevaban a practicar su golpe en las playas del Cantábrico. Pero su futuro estaba ya escrito. Su tío, Ramón Sota, fue en la década de los 60 uno de los mejores golfistas de Europa; sus hermanos, Ramón, Manuel y Vicente, todos mayores que él, también eran profesionales en el mundo del golf. Seve no iba a ser menos. Su andadura en el mundo del golf comenzó cuando su hermano Manuel le regaló un hierro tres para que se fuera desfogando. Su participación en un torneo de caddies a los diez años ya demostró que el pequeño de la familia Ballesteros Sota era puro talento y con 12 años Ballesteros alcanzó su primer torneo. Su andadura profesional, sin embargo, no comenzó hasta marzo de 1974, con casi 17 años. Un año más tarde, Seve ganó su primer torneo profesional, el Campeonato de España sub-25, y en menos de un mes quedó primero en el Open de Vizcaya. La consagración internacional de Seve se produjo en 1976, tras ganar el Open de Holanda, el trofeo Lancome, la Copa del Mundo por equipos en California y acabar segundo compartiendo puesto con el mítico Jack Nicklaus en el British Open. Su desparpajo, técnica y precisión le elevaron a convertirse en aquel torneo en la gran esperanza del mundo del golf. La historia le devolvería aquel British Open que le arrebató Johny Miller en 1976 tres años más tarde, conquistando el primero de sus cinco majors, como se denomina a los cuatro grandes campeonatos de golf. Ese mismo año también ganó su primera Ryder Cup, torneo que enfrenta a los equipos de Europa y EEUU, hazaña que repetiría otras cinco veces a lo largo de su vida. En 1980 conquistaría su segundo major, el Masters de Augusta, que volvió a ganar en 1983. Sólo le quedaban dos, el U.S. Open y el Campeonato de la PGA, que se le resistieron una y otra vez a lo largo de su carrera, alcanzando como mejor puesto una tercera plaza y una quinta, respectivamente. Severiano siempre lamentó que en Gran Bretaña fuera más reconocido profesionalmente que en España. En las islas, Ballesteros se convirtió en un auténtico mito al conquistar dos veces más en la década de los 80 el British Open -1984 y 1988-. Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero Severiano era de otro mundo. El subcampeón del Masters de Augusta de 1983 Tom Kite llegó a asegurar en una de esas frases que pasan a la posteridad que “cuando comienza a jugar es como si Seve estuviera en un Ferrari mientras que el resto de nosotros corriéramos en un Chevrolet”. Un Ferrari con 94 títulos internacionales a sus espaldas.