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GUERRA EN LIBIA

La Cumbre de París se conjura contra el régimen de Gadafi

Por Javier M. FandiñoTiempo de lectura3 min
Internacional20-03-2011

Europa y Estados Unidos se unen contra el régimen de Gadafi. La represión del coronel libio sobre las fuerzas insurrectas del país ya tiene respuesta por parte de las principales potencias mundiales. Después de que la ONU aprobase la Resolución 1973, la Cumbre de París ha puesto de manifiesto el compromiso de la coalición contra el régimen de Muanmar el Gadafi. Sólo queda saber si la actuación conjunta ha llegado a tiempo.

El país galo ha tomado la iniciativa no sólo política, sino también militar, en la operación Odisea al amanecer contra el coronel Muanmar el Gadafi. La cumbre mantenida el sábado en la capital francesa por 18 países -Alemania, Bélgica, Canadá, Catar, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos (EAU), España, EEUU, Francia, Grecia, Irak, Italia, Jordania, Marruecos, Noruega, Holanda, Polonia y Reino Unido- y cuatro organizaciones mundiales -la ONU, la Liga Árabe, la UE y el Consejo Europeo- ha dejado bien clara la postura de sus participantes, que han reconocido que no permitirán “que el coronel Gadafi siga desafiando a la Comunidad Internacional y menospreciando a su pueblo”. En la comparecencia pública posterior a la reunión, los manifestantes ratificaron que su intención es “dar pleno efecto” a la resolución 1973 de la ONU que exige, entre otras cosas, “el cese inmediato de la violencia y de todos los ataques y abusos contra civiles” y la creación de una zona de exclusión aérea para la protección efectiva de la población. El presidente de EEUU, Barack Obama, fue la baja más representativa de la cumbre y su lugar fue ocupado por su secretaria de Estado, Hillary Clinton. A pesar de ello, Washington se ha mostrado contundente en su compromiso con los aliados y será precisamente el comandante de la Sexta Flota de EEUU, el vicealmirante Harry B. Harris Jr., el encargado de coordinar a la coalición para establecer la exclusión aérea. Asimismo, destinará tres submarinos, cinco barcos de combate y varias aeronaves para la resolución del conflicto. El otro gran protagonista de la ofensiva es el Reino Unido y su presidente, David Cameron, ya ha señalado que se debe actuar con rapidez y severidad. Precisamente por ello, la corona ya ha desplazado sus aviones patrulla “Typhoon” y los de ataque Tornado, así como un par de fragatas. La postura alemana e italiana muestran la cara y la cruz de la cumbre. Si bien la canciller alemana, Angela Merkel, se mostró contundente desde el primer momento y dejó claro que no intervendría militarmente bajo un ambiguo mensaje en el que daba el “sí” a la aplicación de la ONU, el presidente italiano, Silvio Berlusconi, ha cedido finalmente a que las bases italianas sean utilizadas por la coalición, a pesar de sus reticencias iniciales. España, por su parte, contribuirá con cerca de 500 soldados, un avión cisterna, una fragata, un submarino, un avión de vigilancia nocturno y cuatro cazabombarderos F-18, nada comparable con los siete aviones de combate que aportará Canadá. Rusia y China se oponen A pesar de haberse abstenido en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China han mostrado su desaprobación ante el cariz que han tomado los primeros ataques contra el régimen de Gadafi. Moscú ha asegurado que la resolución 1973 adoptada en el Consejo de Seguridad no permite a la coalición realizar ataques no selectivos sobre el territorio y ha llamado a abandonar el “uso indiscriminado de la fuerza”. Para el jefe de la comisión de Asuntos Exteriores de la Duma, Konstantin Kosachov, la verdadera intención de Occidente no es ayudar a la población libia, sino “derribar el régimen”. Ademas, aseguró que no comprende por qué se estaba preparando en París una operación conjunta sobre Libia cuando el régimen de Muamar el Gadafi había decretado un alto el fuego. Mientras tanto el Gobierno chino “lamenta el ataque militar contra Libia”, al mismo tiempo que asegura que nunca ha apoyado el uso de la violencia en sus relaciones internacionales y que respeta la soberanía del coronel libio.