Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ECUADOR

Ecuador declara el estado de excepción tras la sublevación policial

Por Javier M. FandiñoTiempo de lectura2 min
Internacional03-10-2010

Ecuador se enfrenta a una situación especialmente delicada. El Gobierno de Rafael Correa se encuentra contra las cuerdas tras la sublevación policial sufrida en el país después de que se aprobase una ley de austeridad que reduce el salario de las Fuerzas de Seguridad. Precisamente por eso, el Gobierno ecuatoriano ha considerado que la única solución ante el caos es declarar el estado de excepción y durante una semana será el Ejército quien lleve las riendas del país.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se ha visto obligado a declarar el estado de excepción en el país tras los altercados ocurridos después de que se aprobase una ley que disminuía el salario policial. Durante siete días será el Ejército el encargado de intentar encauzar la situación del país. Los militares han mostrado su apoyo incondicional al presidente del Gobierno mediante un comunicado emitido por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, Ernesto González, aunque han pedido encarecidamente a Rafael Correa que reconsidere la anulación de la ley para evitar males mayores. La demanda del jefe del Estado Mayor se produce después de que un grupo de soldados se adhiriesen a la protesta encabezada por la Policía, llegando a tomar el aeropuerto de Quito, centro de la base aérea militar más importante del país, así como la Asamblea Nacional y distintos puntos estratégicos del país. Una de las primeras medidas que tomaron los amotinados fue impedir la cobertura de los acontecimientos por parte de la prensa. La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) ha denunciado “una veintena de actos represivos”, ejecutados por los sublevados contra los profesionales del mundo de la comunicación. Precisamente, este es otro de los problemas que debe encarar Correa cuanto antes. La ciudadanía ya ha mostrado un descontento general después de descubrir que la única fuente de información sobre lo que ocurre diariamente en el país tras el motín provenga con cuentagotas desde los medios de comunicación gubernamentales. Inestabilidad constante La ola de incertidumbre que vive Ecuador ha pasado a ser una constante en los últimos años. En apenas 13 años, el país sudamericano ha visto cómo se han sucedido en el poder siete presidentes de Gobierno, siendo tres de ellos derrocados por protestas callejeras o militares. El primero de ellos, Abdalá Bucaram, fue destituido en febrero de 1997 por el Congreso después de adoptar unas medidas económicas de escasa acogida popular. Apenas un día más tarde, Fabián Alarcón fue ratificado como nuevo presidente, manteniéndose en el cargo hasta agosto de 1998. El siguiente máximo mandatario ecuatoriano, Jamil Mahuad, fue derrocado en enero de 2000 tras un golpe de Estado militar, y fue sucedido por Gustavo Novoa, que aguantó hasta 2003 como presidente de Gobierno. La vacante de Novoa fue ocupada por Lucio Gutiérrez, destituido en 2005 tras la denominada “rebelión de los forajidos” y reemplazado por Alfredo Palacio, último presidente anterior a Rafael Correa.