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RELIGIÓN

El Papa cierra una visita histórica y difícil al Reino Unido

Fotografía El Papa junto a la Reina Isabel de Inglaterra (FOTO: Monarquía Británica - Press Association)

El Papa junto a la Reina Isabel de Inglaterra (FOTO: Monarquía Británica - Press Association)

Por Javier M. FandiñoTiempo de lectura2 min
Sociedad19-09-2010

Una visita histórica, ¿pero a destiempo? Por segunda vez en la historia, un Papa visita el Reino Unido. Y lo hace en plena crisis sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Precisamente por eso, Benedicto XVI ha tenido que encarar el rechazo británico y las múltiples manifestaciones sobre cuestiones que afectan a la mujer, al sexo y a la familia.

Hacía tiempo que el Vaticano y el Reino Unido no se encontraban tan distantes. Representar a una comunidad tan grande como la Iglesia Católica no es tarea fácil. Nadie lo sabe mejor que Benedicto XVI, que ha concluido este domingo una histórica visita al Reino Unido. Por segunda vez, un Papa pone pie en la isla británica. Anteriormente, sólo Juan Pablo II había viajado al país anglosajón, pero esta era una visita de carácter pastoral y no de Estado. Precisamente por eso, el Pontífice ha tenido que encarar tanto la apatía como el rechazo mostrado por la comunidad británica, cada vez más separada de la Iglesia Católica. A las críticas ya mostradas por una cincuentena de personajes públicos británicos sobre el viaje de Benedicto XVI a la isla, cerca de 15.000 londinenses se manifestaron el sábado para mostrar su rechazo a la política eclesiástica. Portando pancartas con leyendas como ‘El Papa protege a los curas pederastas’ o ‘No queremos pagar impuestos por predicaciones venenosas’, la marcha convocada por la Asociación Humanista Británica y la Sociedad Nacional Secular buscaba, según los propios manifestantes, demostrar que los casos de pederastia ocurridos no pueden volver a repetirse y que se debe castigar de forma ejemplar a los culpables. No obstante, no todo ha sido rechazo y las máximas autoridades del país tanto seculares como políticas se volcaron ante la visita del Pontífice desde el día de su llegada. Si bien el jueves fue recibido por la reina Isabel II en el Palacio de Holyroodhouse en Edimburgo (Escocia), el viernes le tocó el turno al Arzobispo de Canterbury, su homólogo en la Iglesia Anglicana. Posteriormente acudieron a Westminster Hall, donde el Obispo de Roma dio un discurso en el que criticaba el laicismo y trataba la estrecha relación entre religión y política, así como la necesidad de existencia de una convivencia pacífica entre las dos esferas y la exigencia de hacer un hueco a la religión en la vida pública. Al día siguiente, el Papa se reunió con el primer ministro británico, David Cameron, el viceprimer ministro, Nick Clegg, y la laborista Harriet Harman, quienes acudieron con sus respectivas familias. Posteriormente, el Papa celebró una misa en la catedral de Westminster y recibió a cerca de 2.500 jóvenes en la plaza de la catedral. Para cerrar su viaje por la isla británica, Benedicto XVI acudió el domingo a la beatificación del cardenal, escritor y teólogo John Henry Newman en Birmingham, junto a Tony Blair uno de los más famosos conversos al catolicismo, ante más de 70.000 personas. A pesar de las protestas, el Papa se ha quedado “contento” con su visita de Estado al Reino Unido, tal y como ha afirmado el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, que ha explicado que la visita ha sido un "éxito espiritual". "El Papa no está contento porque hubo grandes muchedumbres, sino porque tenemos la clara demostración de que la gente estaba interesada en lo que teníamos que decir”, ha matizado Lombardi.