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TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL

La Corte Penal Internacional, esperanza para juzgar los crímenes contra la humanidad

Por J. F. LamataTiempo de lectura2 min
España14-05-2010

Todos situan la idea de crear un Tribunal Penal Internacional en los Tribunales de Nuremberg y Tokio para juzgar a las naciones perdedoras de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, aquellos tribunales tuvieron objetivamente muy poco de tribunal internacional neutral y muy mucho de "vencedores contra vencidos". Nadie puede dudar los horrores nazis en los campos de exterminio, ni las salvajadas japonesas en sus invasiones bajo saqueo de países como Filipinas o Manchuria, pero un auténtico tribunal de crímenes de la humanidad no está para juzgar "a los malos", sino a los crímenes contra la humanidad cometidos.

Es por ello que Nuremberg sólo hubiera sido un juicio auténtico si junto al mariscal Goering o al lugarteniente de las SS Kaltenbrunner, se hubieran sentado Stalin y Beria por los crímenes de Katyn, Churchill por la matanza de Dresde, De Gaulle por los Tuneles de Stukart y - desde luego - Harry Truman por el genocidio de Hiroshima y Nagasaki. De lo contrario Nuremberg no es sino la habitual represión del vencedor contra el vencido, presente en todas las guerras de la historia de la humanidad. Fue en los años noventa, ante los horrores en Yugoslavia, cuando los países europeos decidieron "recuperar" la figura de un Tribunal Internacional, pero en esta ocasión, no liderado por la potencia vencedora, sino por potencias neutrales. Y es que Europa no podía cerrar los ojos ante los horrores de serbios, croatas y bosnios, sembrando de cadáveres los balcanes. Surgió así el Tribunal de la Haya, posteriormente Corte Penal Internacional, dispuesto a juzgar neutralmente aquellos criminales de guerra que le sean entregados. Por desgracia el Tribunal fue rechazado de plano por los principales países que podían verse afectados por él, es decir, Estados Unidos, Rusia, China o Israel, no lo reconocen de plano. En el caso de Estados Unidos aprobó legalmente en sus cortes negar cualquier tipo de ayuda a la corte internacional. Los procesos más mediáticos Pese a ello el Tribunal pudo intervenir contra los críminales de la guerra yugoslaba, entre los imputados se encontraban los principales líderes de los dos bandos enfrentados: el presidente croata, Franco Tudjman y el líder serbio, Slobodan Milosevic, pero ambos fallecieron antes de oír sentencia. En el bando serbio sí han sido sentenciados importantes figuras como el ex presidente del parlamente Krajisnik o la ex presidenta serbiocroata Bjana Plasvic. La detención del líder serbio-bosnio, Radovan Karadzig - responsable de la matanza de Srebreninca - podría ser la condena más importante dictada por el tribunal. En el bando croata se encuentra detenido el general Ante Gotovina - arrestado en España - principal figura militar del bando croata, su condena sería la demostración de la imparcialidad del CPI. Fugado de la justicia aún está el temible general Mladic. Una segunda vez ha actuado el CPI, fue ante la masacre a los tutsis en Ruanda. En este caso no ha habido procesos en el bando tutsi, a pesar de las grabes acusaciones que hay contra el líder tusti y actual presidente Paul Kagame, pero nadie duda que el genocidio fue mucho más brutal por el bando hutu. El general Theoneste Bagosora (cadena perpetua), el cantante Simon Bikindi o el reportero Georges Henry Ruggiu, entran en la lista de los condenados. En la que falta el que está considerado el máximo responsable del crímen: el magnate Felician Kabuga - responsable de Radio Televisión Mil Colinas - el medio de comunicación que instigó la masacre. Hay otros procesos abiertos por el CPI incluyendo uno contra el presidente de Sudán - sobre el que pesa una orden de busca y captura - pero no parece fácil que llegue a haber una condena.