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ARQUEOLOGÍA

La malaria acabó con la vida del faraón Tutankamón

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura1 min
Cultura17-02-2010

La momia más famosa del mundo ha sido sometida a todo tipo de “torturas” desde que fue descubierta en 1922 en el Valle de los Faraones. El último análisis del ADN del faraón Tutankamón esclarece las supuestas causas de su muerte: la malaria y diversos problemas óseos.

Como si de una persona viva se tratara, la momia de Tutankamón ha sido sometida a todo tipo de escáneres y resonancia óseas, para verificar si en realidad murió de malaria hace 3.334 años. Y lo cierto es que así lo ha esclarecido el Consejo Supremo de Antigüedades de El Cairo, grupo liderado por Zahi Hawass, en la revista Journal of the American Medical Association. Los análisis realizados sobre 11 momias destapan el misterio de la muerte del “faraón niño”, que murió con sólo 19 años y sin dejar descendencia, con lo que dejó el trono huérfano. En las pruebas aparecen tres genes vinculados al parásito Plasmodium falciparum, responsable del paludismo que acabó con la vida del rey. Una muerte provocada además por una necrosis ósea que disminuyó poco a poco la circulación sanguínea de los huesos de Tutankamón y que alteró la estructura de su pie izquierdo, según los cientificos. Lo que también explica que junto a su tumba se descubrieran diversos bastones. Su familia padecía la misma enfermedad Los allegados de Tutankamón también acumulaban este tipo de malformaciones, tal y como lo demuestran los análisis realizados sobre sus momias. Entre ellas, un trastorno óseo llamado Enfermedad de Kohler II, la misma que tuvo el joven rey. Pero los análisis también han desvelado más sorpresas: Tutankamón era, con toda probabilidad, hijo del décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto, Akenatón.