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DEBATE NUCLEAR

Las centrales nucleares triunfan en Europa

Por J. F. LamataTiempo de lectura2 min
Sociedad26-01-2010

La regulación de centrales nucleares en Europa cuenta con posiciones de lo más diversas. Hay casos como Francia, dónde la utilización de este tipo de energía es prioritaria, llegando a ser con frenesí en otros como Lituania, dónde supuso un auténtico dramatismo tener que cerrar su única central para poder entrar en la UE. En el lado contrario, países como Italia, Austria o Irlanda las han prohibido por ley.

Julián Barquín, profesor en la Escuela de Ingeniería e investigador del Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia Comillas, aseguraba en un artículo de un diario ya desaparecido que el problema es que el mercado único de la electricidad no ha llegado a producirse al reconocerse generalmente que temas como la elección del tipo de plantas de generación eléctrica a instalar en cada país quedan dentro del ámbito de la soberanía nacional. Por mucha unión económica europea que haya, el debate nuclear se convierte en un tabú que afecta exclusivamente al país implicado. Esto lleva a absurdos, como sería el caso de que una empresa eléctrica austriaca no pueda construir en su país, pero sí en el país vecino Eslovaquia, haciendo frontera y causando no pocos disgustos al país central, con el que aparte de límites terrenales, comparte río. Cinco países de la UE disponen actualmente de reactores nucleares (un total de 152), liderados por Francia, donde el 80% de la electricidad proviene de esta fuente de energía. En el conjunto de la UE, la energía nuclear genera la tercera parte de la electricidad, y la Comisión alerta de que, para mantener esta tasa, es imprescindible alargar la vida útil de las plantas existentes o comenzar ya la construcción de otras nuevas. Recientemente, Bruselas advirtió de que, en el supuesto de que algún Estado decida la reducción del uso de la energía nuclear, "es esencial que esta reducción sea compensada con la introducción de otras energías de bajo nivel de carbón para la producción de electricidad". La realidad es que ningún otro tipo de energía es tan económica como la nuclear hoy por hoy, ya que la puesta en marcha de centrales de energías renovables requieren una altísima inversión y aportan pocos beneficios económicos a las empresas. Por eso, las instituciones públicas han tomado la decisión en los últimos años de subvencionar las nuevas fuentes de energía como una manera de impulsar al mismo tiempo la lucha contra el cambio climático.